Bienvenida al Nuevo Año Escolar



Era un cálido día de febrero cuando los alumnos de la Escuela Primaria Estrella Brillante se preparaban para dar la bienvenida a un nuevo año escolar. La maestra Clara, conocida por sus historias mágicas y su entusiasmo contagioso, estaba lista para iniciar el primer día de clases.

Al entrar al aula, Clara sonrió y dijo: "¡Buenos días, chicos! Estoy tan emocionada de ver a todos nuevamente. Este año está lleno de aventuras y aprendizajes. ¿Quién está listo para comenzar?"-

Los niños, con sus mochilas llenas de útiles nuevos, respondieron con un grito de alegría: "¡Yo!"-

Justo cuando la maestra iba a dar su primera actividad, un nuevo compañero entró a la clase. Era Tomás, un niño tímido que había llegado de otra ciudad. "Hola, soy Tomás"-, dijo, nervioso. Clara se acercó y le dio una cálida bienvenida: "¡Hola, Tomás! Estamos muy contentos de tenerte aquí. Este lugar es como una gran familia, así que siéntete como en casa"-.

Los compañeros de clase miraban a Tomás con curiosidad. Al verlo callado y solitario, la maestra decidió que era un buen momento para iniciar una actividad especial. "Vamos a hacer un juego para conocernos mejor. Cada uno deberá contar algo que le guste y lo que más espera de este año"-, propuso.

La primera en hablar fue Marta: "A mí me encanta jugar al fútbol y este año quiero aprender a mejorar mis jugadas"-.

Luego siguió Lucas: "Me gusta mucho la ciencia y quiero hacer experimentos locos"-. Así los niños fueron compartiendo sus pasiones, mientras Tomás los escuchaba atentamente.

Finalmente, llegó su turno: "A mí me gusta dibujar y espero hacer nuevos amigos"-, dijo, casi en un susurro. Los demás niños sonrieron y aplaudieron, sintiendo que empezaban a conocerlo un poco más.

Esa tarde, Clara les propuso una aventura diferente: "Mañana iremos todos juntos al parque a realizar una búsqueda del tesoro. Tendrán que trabajar en equipo y hacer nuevos amigos"-. Todos vitorearon al escuchar eso. Tomás, sin embargo, se sintió un poco nervioso al pensar en cómo encajaría en un grupo.

Al llegar el día de la búsqueda del tesoro, los niños se dividieron en equipos y comenzaron a buscar pistas. Tomás fue asignado al equipo de Marta y Lucas. Al principio, se sentía fuera de lugar.

"¿Puedo ayudar en algo?"-, preguntó Tomás, mientras miraba cómo los demás se movían rápidamente.

"Claro, Tomás. ¡Ayudanos a buscar debajo del árbol!"-, dijo Marta con entusiasmo.

Al poco tiempo, Tomás encontró una pista escondida bajo una piedra. "¡Miren!"- gritó, sosteniendo la pista en alto. Todos se acercaron emocionados. "¡Sos un genio!"-, exclamó Lucas. La confianza de Tomás comenzó a crecer, dándose cuenta de que su aporte era valioso.

El juego continuó y, con cada pista que encontraban, su equipo se hacía más fuerte. Al final, lograron descubrir que el tesoro era una caja llena de libros y materiales para hacer manualidades.

"¡Nosotros ganamos!"-, gritaron todos en coro, mientras se abrazaban de alegría. Tomás sonrió radiante con sus nuevos amigos. Entonces, Clara se acercó y dijo: "Lo más importante no es el tesoro, sino el trabajo en equipo y las nuevas amistades que hemos formado"-.

Al regresar a la escuela, Clara propuso que cada uno escribiera sobre su día en un diario. Tomás escribió: "Hoy encontré tesoros más grandes que los de la caja. Encontré amigos y la confianza en mí mismo"-.

Aunque Tomás llegó a la escuela sintiéndose un poco como un pez fuera del agua, terminó descubriendo que cada uno de nosotros tiene algo especial que aportar. La clave es atreverse a ser parte del equipo y abrirnos a nuevas amistades.

Así comenzó el nuevo año escolar en la Escuela Primaria Estrella Brillante, lleno de risas, aprendizajes y la promesa de muchas más aventuras por venir.

FIN.

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