Debatiendo el Futuro



Era un día brillante en la Escuela Secundaria 14, donde un grupo de catorceañeros se preparaba para su clase de español. En lugar de la típica lección de gramática, la profesora Laura había decidido organizar un debate sobre un tema que estaba en boca de todos: el impacto del uso de redes sociales en la sociedad actual.

Los chicos se sentaron en mesas redondas, cada una compuesta por cinco amigos. Entre ellos estaban Valentina, una apasionada defensora del uso responsable de las redes, Leonel, quien pensaba que era necesario regularlas más, Sofía, que creía que debían eliminarse por completo, y Joaquín, el escéptico que no estaba seguro de cómo sentirse al respecto.

"Yo creo que sería genial que las redes sociales tuvieran más control, como filtros para evitar contenido dañino", propuso Leonel, cruzando los brazos.

"Sí, pero eso podría llevar a censura, y no queremos eso", respondió Valentina, sacudiendo la cabeza.

"Además, las redes sociales nos ayudan a conectarnos con amigos y compartir nuestras vidas. ¿Por qué prohibir algo que puede ser positivo?", intervino Sofía con entusiasmo.

"Pero, ¿a costa de qué?", preguntó Joaquín. "A veces, las redes sociales nos hacen sentir menos valiosos, como si siempre tuviéramos que estar perfectos".

El debate se volvió más animado. Los chicos comenzaron a compartir sus experiencias.

"Una vez vi un comentario horrible sobre una amiga mía en Instagram. Eso no está bien", comentó Valentina, mientras los otros la escuchaban atentamente.

"Yo solía pasar horas en Facebook sintiéndome mal por mi apariencia", admitió Sofía, bajando la mirada. "Pero ahora trato de enfocarme en mis pasiones, como el arte, y menos en las redes".

De repente, Joaquín levantó la mano.

"¿Y si creamos una campaña que muestre cómo usamos las redes para hacer cosas buenas?". Todos se miraron sorprendidos.

"¡Eso suena genial!", exclamó Valentina.

"Podemos usar nuestras redes para mostrar acciones positivas, como ayudar en la comunidad o iniciativas ecológicas", agregó Leonel.

Así, el grupo comenzó a discutir ideas y diseñar un plan para su campaña. Cada uno aportaba algo único. Mientras discutían, se dieron cuenta de que cada acción que emprendían tenía un potencial para cambiar el ambiente de sus redes sociales.

Días después, el grupo organizó un evento al aire libre en la plaza del barrio, donde invitaron a otros estudiantes a compartir historias sobre cómo las redes sociales les habían ayudado. Fue un momento mágico.

"Hola a todos, somos del Secundaria 14 y hoy queremos hablar sobre cómo las redes pueden ser una herramienta positiva", comenzó Valentina con voz firme. Los jóvenes en la plaza se detuvieron a escuchar.

"Las redes pueden ser un espacio seguro donde conectamos con personas que piensan como nosotros o que nos inspiran a ser mejores", agregó Leonel.

"¡Sí! En lugar de caer en la negatividad, debemos mostrar solidaridad y amor por los demás", enfatizó Sofía.

A medida que la jornada avanzaba, Joaquín se dio cuenta de algo importante:

"A veces podemos convertir algo que parece dañino en algo valioso si trabajamos juntos y tenemos buenas intenciones".

El evento fue un éxito. Recibieron mensajes positivos en sus redes y muchos más se unieron a la causa. Empezaron a hacer una serie de publicaciones usando el hashtag #RedesPositivas.

A lo largo de las semanas, los chicos vieron que su campaña tomaba fuerza. Hasta llegaron a recibir una invitación para hablar en la asamblea escolar.

"Esto es solo el comienzo", dijo Valentina emocionada.

"No solo estamos cambiando nuestras redes, sino también generando conciencia en nuestra comunidad".

"Sí, y siempre recordaremos que el verdadero poder está en cómo decidimos usar nuestras voces", afirmó Joaquín con una sonrisa.

El debate sobre las redes sociales se transformó en un hermoso movimiento impulsado por un grupo de adolescentes que no solo hablaban, sino que también actuaban. La clase de español ese día no solo fue una lección sobre palabras, sino una experiencia sobre cómo un pensamiento colectivo puede generar un cambio significativo en la sociedad. Con sus ideas y entusiasmo, los chicos lograron que muchos en su comunidad reconsideraran la manera en que utilizaban las redes sociales, recordando siempre que cada publicación puede influir en alguien más y que, al final, el poder estaba en sus manos.

FIN.

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