Ecosistema y sus Amigos



Había una vez en un frondoso bosque llamado Bosque Alegre, dos animales muy curiosos: un conejo que se llamaba Rebote Ecosistema y una tortuga conocida como Lenta Ecosistema. Ambos compartían un entusiasmo especial por aprender sobre el mundo que les rodeaba.

Un día, mientras Rebote salía a explorar, encontró a Lenta bajo una gran hoja.

"¿Qué estás haciendo, Lenta?" - preguntó Rebote emocionado.

"Estoy observando a los árboles. Tienen una historia increíble. ¿Te gustaría venir?" - respondió Lenta.

Así que los dos amigos se aventuraron juntos por el bosque. Mientras caminaban, comenzaron a notar que alrededor de ellos había muchos otros habitantes del bosque.

"Mirá, ahí está el árbol Frutal Ecosistema", dijo Rebote.

"Sí, y también está el arbusto Dulce Ecosistema", añadió Lenta.

"¡Hola, amigos!" saludó el árbol Frutal. "¿Han probado alguna de mis ricas frutas?"

"No, pero nos encantaría", respondieron a coro.

"¡Vengan a probarlas!" - exclamó el arbusto Dulce Ecosistema desde un poco más allá.

"¿Sabían que nuestras frutas ayudan a que el bosque siga creciendo y lleno de vida?" - explicó el árbol Frutal.

Rebote y Lenta estaban fascinados.

"¿Cómo es eso posible?" - preguntó Rebote.

"Nosotros compartimos nuestros frutos con ustedes, los animales, y gracias a eso, ustedes ayudan a dispersar nuestras semillas y así nacen nuevos árboles. ¡Todos en el ecosistema trabajamos juntos!"

"¡Qué increíble!" - exclamó Lenta.

Después de disfrutar de unas deliciosas frutas, continuaron su camino y se encontraron con otro amigo, el brillante girasol llamado Sol Ecosistema.

"¿Cómo están, amigos?" - preguntó Sol.

"¡Hola, Sol!" - dijeron Rebote y Lenta al unísono.

"¿Sabías que mi polen ayuda a que se formen más flores? ¡Todos los días hago mi parte para que el bosque sea más hermoso!"

De repente, un gran viento sopló a través del bosque, y todos los árboles comenzaron a moverse.

"Oh no, ¡el viento!" - gritó Rebote.

"No te preocupes, Rebote!" - tranquilizó Lenta. "El viento ayuda a llevar las semillas lejos, ¡así que también nos ayuda!"

Pero el viento no solo llevó las semillas, también trajo un pequeño desafío. Una rama rota cayó justo en el camino de Rebote.

"¡Ayuda! No puedo pasar por aquí!" - se quejó el conejo.

"No te preocupes, amigo, ¡tenemos que trabajar en equipo!" - dijo Lenta.

"¡Yo puedo mover la rama!" - exclamó Sol Ecosistema moviendo su tallo.

"¡Y yo puedo saltar para dar una buena idea!" - agregó Rebote mientras saltaba.

Así, trabajando juntos, lograron mover la rama del camino y pasaron al otro lado.

"¡Lo logramos!" - gritaron con alegría.

"Eso es lo que los ecosistemas hacen, ¡trabajan juntos!" - concluyó Lenta.

Desde ese día, Rebote Ecosistema y Lenta Ecosistema aprendieron que cada ser en el bosque era parte de un gran equipo. Y cada vez que se encontraban con Frutal, Dulce o Sol, siempre recordaban la importancia de cuidar y trabajar juntos para mantener su ecosistema feliz y saludable. Con su nuevo conocimiento, se comprometieron a compartir su experiencia con otros animales del bosque, enseñándoles lo valioso que era cada uno de ellos en el ecosistema del Bosque Alegre.

Fin.

FIN.

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