El Gran Concierto de la Granja



En una hermosa granja rodeada de verdes campos, vivían cinco amigos muy especiales: un perro llamado Rocco, una vaca robusta llamada Lola, un gato ágil llamado Tito, una oveja suave llamada Pía y una gallina inquieta llamada Clari. Cada mañana al salir el sol, ellos se reunían en el patio para charlar y disfrutar del día, pero esta vez, algo distinto estaba por suceder.

"¡Hola, amigos!" - saludó Rocco moviendo su cola emocionado.

"¡Muuu!" - respondió Lola, mientras reía.

"¡Miau! Estoy listo para la aventura de hoy!" - dijo Tito estirándose.

"Beee, yo solo quiero comer pasto y dormir," - murmuró Pía, pero su voz sonaba intrigante.

"¡Cloc! Cloc! ¿Qué estamos esperando? Hoy debería ser especial!" - cacareó Clari con entusiasmo.

Rocco tuvo una idea brillante.

"¿Y si organizamos un concierto? Cada uno de nosotros puede cantar su sonido!" - sugirió, y los demás se miraron con curiosidad.

"Eso suena divertido! Pero... ¿dónde lo vamos a hacer?" - preguntó Lola.

"En el granero! Es perfecto para sonar fuerte y claro," - afirmó Tito, que ya estaba pensando en su melodía.

Con gran emoción, comenzaron a preparar el gran concierto. Cada uno se fue a practicar su sonido y, al acabar, se volvieron a juntar en el granero.

"Yo empezaré!" - gritó Rocco. Con toda su energía, empezó a ladrar: "¡Guau, guau!" - y todos aplaudieron.

"¡Muuu!" - añadiendo la poderosa voz de Lola, que vibraba en las paredes del granero.

"¡Miau!" - dijo Tito, haciendo girar su cola mientras se balanceaba. "¡Soy el cantante principal!" - agregó con tono orgulloso.

"Beee, ¡qué lindo suena!" - dijo Pía mientras se acomodaba para escuchar.

"¡Cloc! ¡Cloc! Yo también quiero cantar!" - clamó Clari, alegre como siempre.

Los amigos empezaron a alternar sus sonidos, creando una melodía única. Justo en ese momento, un curioso grupo de animales del campo se acercó para ver qué pasaba. Las patitas de un patito se asomaron, un par de caballos comenzaron a relinchar y hasta un grupo de ratones venía a escuchar.

Pero, cuando estaban a punto de terminar su canción, un viento fuerte sopló y la puerta del granero se cerró de golpe.

"¡Oh no! ¿Qué hacemos?" - dijo Pía asustada.

"No se preocupen, sigamos cantando!" - animó Rocco, que siempre tenía un espíritu alegre. Así, comenzaron a tocar sus sonidos aún más fuerte que antes, llenando el granero con una hermosa melodía.

"¡Muuu!" - resonó Lola.

"¡Miau!" - chirrió Tito.

"Beee!" - acompañó Pía con todo su corazón.

"¡Cloc, cloc!" - sumó Clari, cada vez más contenta.

Y así, con sus voces unidas, lograron abrir la puerta del granero con la fuerza de su música. Todos los animales que estaban afuera entraron al granero, bailando y animando a la orquesta de la granja.

"¡Esto es increíble!" - dijo un caballo, moviendo su cola de pura alegría.

"¡Nunca había escuchado un concierto así!" - chirrió un ratón emocionado.

Finalmente, el concierto terminó con todos los animales aplaudiendo y saltando de alegría. Rocco, Lola, Tito, Pía y Clari estaban felices.

"¡Lo logramos!" - dijeron al unísono.

"Y todo gracias a la unión y la amistad," - concluyó Rocco, mirándolos con orgullo.

Desde ese día, los cinco amigos se juntaban cada semana para practicar y hacer más conciertos. Se dieron cuenta de que juntos, podían crear algo muy especial. Así, la granja siempre resuena con la música alegre de los sonidos de sus habitantes, ¡y los vecinos venían de lejos a disfrutarlos!"¡Cloc, Cloc! ¡Nos vemos en el próximo concierto!" - dijo Clari emocionada mientras los demás reían.

Y así, vivieron felices, creando melodías y disfrutando cada día con sus únicos y especiales soniditos.

FIN.

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