El Gran Día de la Amistad



En un pequeño pueblo llamado Amasierra, los animales del bosque se preparaban para un evento muy especial: el Día de la Amistad. Todos los años, los animales se reunían en el claro del bosque para celebrar la amistad y compartir sus talentos. Este año, la ardilla Lila había decidido que sería ella quien organizara el evento.

Un día, mientras Lila reunía a sus amigos para planificar las actividades, se encontró con un problema.

"¡Hola, amigos! Este año quiero que cada uno de nosotros presente un talento especial en el Día de la Amistad. Por favor, ¿quién quiere empezar?" dijo Lila con entusiasmo.

"¡Yo! Puedo hacer malabares con nueces," exclamó Nico, el perro.

"¡Y yo puedo cantar muy bonito!" agregó Pía, la paloma.

"Yo puedo correr muy rápido, incluso más que el viento!" comentó el conejo Rolo, con una mirada desafiante.

El entusiasmo era contagioso, y así, cada uno fue presentando sus talentos. Sin embargo, al mirar alrededor, Lila notó que había un nuevo habitante en el bosque: un pequeño zorro llamado Timo, que parecía estar triste y apartado del grupo.

"¿Por qué no te unes a nosotros, Timo?" preguntó Lila.

"No sé hacer nada especial, solo camuflarme entre los arbustos," respondió Timo bajando la mirada.

Lila sintió que era el momento de ayudarlo.

"Pero eso es un talento increíble! Camuflarse es muy útil para evitar peligros. Podrías enseñarle a los demás cómo lo haces," sugirió Lila.

"¿De verdad?" preguntó Timo, con un destello de esperanza en sus ojos.

Lila asintió, y rápidamente organizó una actividad donde Timo mostraría su habilidad. Sin embargo, el día antes del gran evento, una tormenta se desató y destrozó parte del claro donde iban a celebrarlo. El grupo se sintió desolado.

"¡No podremos hacer la fiesta!" exclamó Rolo.

"¡Es un desastre!" se lamentó Pía.

Pero Lila no estaba dispuesta a rendirse.

"No lo creo, amigos! Si trabajamos juntos, podemos arreglar todo. Recuerden, ¡la amistad puede superar cualquier desafío!"

"¿Cómo lo haremos?" preguntó Nico, un poco dudoso.

"Podemos usar nuestras habilidades. Yo recolectaré ramitas y hojas, tú, Rolo, puedes correr y buscar lo que necesitemos. Pía, tu canto puede levantar el ánimo mientras trabajamos, y Timo, tu camuflaje puede ayudarnos a proteger lo que armemos de la lluvia," explicó Lila.

Con renovado espíritu, los amigos se pusieron a trabajar. Timo, emocionado de ser parte del grupo, camufló su cuerpo para hacer una perfecta estructura para un refugio. Rolo trajo el material necesario, mientras Pía animaba a todos con su canto. Nico hacía malabares con las nueces mientras todos reían. Juntos lograron reconstruir el claro y prepararlo para la celebración.

Finalmente, llegó el día del evento, y el claro brillaba con colores. Todos los animales estaban ansiosos por presentar sus talentos. Lila estaba muy orgullosa de su grupo, especialmente de Timo, que, con valentía, fue el primero en mostrar su habilidad de camuflaje.

"¡Miren, ahí va!" gritó Rolo mientras el zorro se escondía entre las hojas.

"¡Es impresionante!" exclamó un ciervo del bosque, que se había acercado para observar.

La fiesta fue un éxito. Cada uno brilló en su presentación y aprendieron algo nuevo del otro. Al final del día, mientras disfrutaban de unas deliciosas nueces y algunas frescas frutas, Lila se dirigió a sus amigos:

"¿Ven? Cuando nos unimos y usamos nuestros talentos, podemos superar cualquier tormenta. La amistad es nuestra mayor fuerza."

Todos aplaudieron y celebraron lo que habían logrado juntos. Desde entonces, Timo no se sintió más solo. Aprendió que siempre había un lugar para él en el grupo y que, juntos, podían enfrentar cualquier desafío y celebrar sus talentos, creando juntos un hermoso vínculo de amistad.

FIN.

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