El Gran Día en la Granja de Don Pedro



Era un soleado día de primavera cuando Don Pedro y su hija Sofía se despertaron con un brillo especial en sus ojos. La granja estaba llena de vida y el cantar de los pájaros llenaba el aire. Sofía, emocionada, tuvo una idea brillante.

"¡Papá, hoy mis amigos van a venir a visitarnos!" - dijo Sofía con entusiasmo.

"¡Qué buena idea, Sofía! Será un gran día para que aprendan sobre los animales de la granja", respondió Don Pedro, mientras sonreía.

No pasó mucho tiempo antes de que llegaran los compañeros de Sofía: Lucas, Valentina y Mateo. Todos estaban emocionados y con muchas ganas de explorar.

"¡Miren qué lindo el gallo!" - gritó Lucas, señalando a Don Pedro, que estaba junto al gallo que cantaba.

"Ese es Ramón, nuestro gallo. Se asegura de que todos en la granja se despierten a tiempo", explicó Don Pedro.

Los niños comenzaron a seguir a Don Pedro por la granja, aprendiendo sobre cada animal. Primero, fueron a ver a las vacas.

"¿Por qué las vacas son tan importantes?" - preguntó Valentina.

"Las vacas nos dan leche, y de la leche hacemos queso, yogur y muchos otros productos deliciosos", respondió Don Pedro, mientras los niños acariciaban suavemente a las vacas.

Luego, pasaron al gallinero.

"¡Yo quiero ver cómo se ponen los huevos!" - dijo Mateo.

"Tienen que ser pacientes y tranquilitos, que las gallinas se sienten más cómodas así", les dijo Sofía.

"¡Yo quiero ser una gallina!" - rió Lucas.

Después de explorar el gallinero, Don Pedro decidió que era hora de una sorpresa especial.

"Chicos, ¿quieren ayudarme a alimentar a los animales?" - propuso. Todos respondieron entusiasmadamente que sí.

Los niños se afanaban por correr de un lado a otro, llevando comida a los animales. Valentina se hizo amiga de una oveja y le dio un poco de heno. Lucas se convirtió en el mejor compañero de Ramón el gallo. Mateo estaba fascinado con los patos, que chapoteaban en el estanque.

Finalmente, fue hora de una actividad sorpresa. Don Pedro unió a los niños y les propuso un pequeño concurso de cuidado de animales.

"Voy a dividirlos en dos equipos: los que cuiden a las ovejas y los que cuiden a las aves. El equipo que cuide mejor a sus animales ganará un premio especial al final del día."

Los niños aceptaron el reto. Con risas y muchas travesuras, comenzaron a competir, siempre con la guía de Don Pedro. Mientras cuidaban a los animales, notaron que una pequeña oveja había quedado atrapada entre dos arbustos.

"¡Ayúdame, Sofía!" - gritó Lucas, alarmado.

"No te preocupes, busquemos a Don Pedro", dijo Sofía, muy determinada. Juntos corrieron hacia su papá.

"Papá, hay una oveja en problemas!" - exclamaron.

Don Pedro los llevó rápidamente al lugar y, con mucho cuidado, liberaron a la oveja.

"¡Buen trabajo! Ustedes actuaron como verdaderos guardianes de los animales. Eso muestra cuán importantes son la amistad y la cooperación," les dijo Don Pedro.

Al finalizar el día, Don Pedro reunió a todos los niños para anunciar al equipo ganador.

"Todos han hecho un trabajo excepcional al cuidar a los animales. Así que, en vez de un solo premio, tengo una idea mejor: ¡Todos ustedes ganan una tarjeta para venir a visitarnos otra vez!"

Los niños saltaron de alegría, agradeciendo a Sofía y a Don Pedro por tan maravilloso día.

"¡Volveremos pronto!" - prometieron al unísono. Sofía sonrío, pensando en la próxima visita y cómo podría enseñarles aún más sobre la vida en la granja. Y así, el gran día en la granja de Don Pedro se convirtió en una hermosa memoria, llena de risas, aprendizajes y, sobre todo, amistad.

FIN.

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