El Gran Enfado de las Vocales y los Números



En una colorida y alegre ciudad llamada Alfabetilandia, las vocales y los números eran los mejores amigos. Pasaban el día jugando juntos en el Recreo de las Letras y explorando los Jardines de los Números. A la siempre risueña A le gustaba alegrar el ambiente, mientras que la encantadora E era la reina de los acertijos. La ingeniosa I siempre tenía una idea brillante, mientras que la jovial O y la simpática U hacían que todos rieran con sus bromas.

Los números, por su parte, eran igual de divertidos. El curioso 1 siempre planteaba preguntas, el aventurero 2 proponía nuevos juegos, el astuto 3 hacía trucos de magia, el enérgico 4 llenaba de entusiasmo los días, y el tranquilo 5 siempre sabía cuándo dar un consejo sensato.

Sin embargo, un día, un pequeño malentendido provocó un gran enfado. Las vocales estaban organizando un concurso de talento, y los números decidieron participar también. A, E, I, O, U aceptaron encantadas, pero había una regla que decía que cada una debía presentar algo sin la ayuda de sus amigos.

"¡No es justo!", gritó el número 3. "Nosotros, los números, somos una gran parte de Alfabetilandia también."

"Pero el concurso es solo para vocales", contestó la vocal A, un poco molesta.

"¿Y qué hay de nosotros?" replicó el 5, decepcionado.

La discusión se intensificó, y antes de que se dieran cuenta, todos se habían enfadado tanto que decidieron no hablarse más. Al día siguiente, cada grupo se fue a sus casas, sin jugar juntos por primera vez.

Pasaban los días, y aunque cada uno intentaba divertirse por su cuenta, ambos grupos se sentían tristes. Las vocales no podían dejar de pensar en los números, y los números extrañaban las risas y los juegos con las vocales.

Una tarde, mientras las letras intentaban contar estrellas en el cielo, A de repente exclamó:

"¡Extraño a 2, 3, 4 y 5!"

"Yo también", susurró E. "Las vocales no son lo mismo sin los números."

Mientras tanto, los números también pensaban en sus amigas vocales: 1 dijo:

"¿Y si hacemos algo especial para reconciliarnos?"

"Sí, claro, pero ¿qué?", preguntó el 4, pensativo.

Así que después de un rato, decidieron hacer una Fiesta de la Amistad y se pusieron a trabajar. Los números buscaron globos en forma de letras y las vocales hicieron tortas con numeritos dibujados en la crema. Al llegar el gran día, todos estaban nerviosos, pero llenos de esperanza.

El encuentro fue mágico. Al ver la decoración, las vocales se sonrojaron y los números sonrieron felices. A se acercó al 1 y le dijo:

"Lo siento, no debimos excluirlos de nuestro concurso."

"Y nosotros no debimos enojarnos, somos parte de Alfabetilandia juntos", respondió 1 con una gran sonrisa.

De repente, todos se unieron en bailes, risas y juegos. Se dieron cuenta de que al ser amigos, ¡podían hacer muchísimas más cosas juntos! Al final de la fiesta, 3 tuvo una brillante idea:

"¿Y si hacemos un concurso de talentos juntos?"

Todos aplaudieron emocionados. Así fue como nació el primer Concurso de Talentos de Alfabetilandia, donde tanto las vocales como los números podían brillar al mismo tiempo. Desde aquel día, siempre recordaron que la unión y la amistad son fundamentales para disfrutar de la vida.

Y así, la ciudad de Alfabetilandia vivió en armonía, donde los números y las vocales se convirtieron en un ejemplo de amistad y respeto, demostrando que juntos eran más fuertes y divertidos. Cuando uno se siente enojado o herido, es importante hablar y comprender a los demás, porque al final, todos queremos lo mismo: ser felices juntos.

FIN.

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