El Gran Sueño de River Plate



Era un soleado sábado en Buenos Aires, y el estadio de River Plate estaba repleto de hinchas con camisetas rojas y blancas. Hoy era un día especial: la final de la Copa Libertadores contra su eterno rival, Boca Juniors. Los hinchas estaban emocionados, pero también un poco nerviosos. Los jugadores, como Pratto, Quintero y el Pity Martínez, sabían que tenían que dar lo mejor de sí.

"¡Vamos, muchachos! ¡Hoy es nuestro día!" gritó Pratto mientras entraban al campo.

"Sí, tenemos que hacer historia. No solo por nosotros, sino por toda la gente que nos apoya", agregó Quintero, acariciando el balón.

La primera mitad fue tensa. Ambos equipos luchaban por la pelota, pero nadie lograba marcar. El tercer tiempo llegó y los hinchas estaban pegados a sus asientos, mordiéndose las uñas.

"No se preocupen, muchachos. Quedan 45 minutos y tenemos nuestra oportunidad", dijo el Pity Martínez, confiado.

Y así fue. A medida que avanzaba el segundo tiempo, la tensión aumentaba. La hinchada alentaba con fervor y los cánticos se oían a todo volumen. De repente, Pratto recibió un pase y, con una jugada magnífica, dribló a los defensores y anotó el primer gol del partido.

"¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! ¡Vamos River!" gritó la tribuna.

"¡Eso es, vamos por más!", exclamó Pratto, alzando los brazos en señal de triunfo.

Boca Juniors no se quedó atrás y comenzó a atacar. Pero River estaba decidido a mantener su ventaja. Quintero, con su habilidad, logró anticíparse a una jugada y, de un tiro libre perfecto, marcó el segundo gol.

"¡Sí! ¡Viva River!", gritó Quintero, mientras sus compañeros corrían a abrazarlo.

Con el 2-0 a favor, el Pity Martínez se sintió inspirado. Sabía que debía darle una alegría más a la hinchada. En los minutos finales, en un contraataque rápido, recibió un pase perfecto y, con toda su fuerza, disparó a portería. La pelota fue directo al ángulo y se convirtió en el tercer gol.

"¡Golazo! ¡Lo logramos!" exclamó Pity mientras se caía de la emoción.

Con el pitido final, el estadio estalló en júbilo. Los jugadores se abrazaron, los hinchas lloraban de alegría y las banderas ondeaban en el aire. River había ganado la Libertadores contra Boca por 3-0, con goles de Pratto, Quintero y Pity Martínez.

"Hoy demostramos que trabajando en equipo, nada es imposible", dijo Pratto en la conferencia de prensa.

"Y nunca olvidemos lo que significa esto para nuestra gente y para nosotros", añadió Quintero.

El Pity también compartió su emoción:

"¡Esto es para todos los que sueñan! Siempre se puede lograr, si uno se lo propone y trabaja duro".

Esa noche, en el vestuario, los jugadores levantaron la copa entre risas y abrazos, y el lema de la jornada quedó tatuado en el corazón de todos:

"La unión hace la fuerza y los sueños se hacen realidad cuando se lucha por ellos". Así, inspirado por el triunfo, cada niño en Buenos Aires seguía soñando, sabiendo que, como esos jugadores de River, también podían alcanzar sus metas con esfuerzo y dedicación.

FIN.

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