El Gran Torneo de los Amigos



Era una cálida mañana de primavera en el parque del barrio donde vivían Bianca e Isa, dos mejores amigas inseparables. Bianca era una apasionada del voleibol y cada vez que había una red erecta, ella se lanzaba a jugar. Por su parte, Isa prefería el hamboll, un juego que combinaba aventuras con su pasión por la pelota.

Un día, mientras practicaban, se enteraron de que el parque iba a organizar un torneo de deportes donde se podían jugar tanto voleibol como hamboll. Las participantes tendrían que formar equipos y sólo se permitiría un equipo por deporte. Ambas se miraron emocionadas.

"¡Qué increíble, Isa! ¡Podríamos formar un equipo!" - exclamó Bianca.

"Sí, pero... yo quiero jugar al hamboll y vos al voley. ¿Cómo hacemos?" - respondió Isa, pensativa.

Bianca se quedó en silencio. Era un dilema, porque ambas querían competir pero en diferentes deportes. De repente, se le iluminó la mirada.

"¡Y si formamos un equipo mixto! Podríamos jugar a hamboll y luego a voley. Cada una podría mostrar sus habilidades y tal vez, ¡podamos ganar!" - sugirió emocionada.

Isa dudó un momento, pero luego sonrió.

"Tiene sentido. Así compartimos la diversión y lo mejor de los dos deportes. ¡Vamos a hacerlo!" - aceptó.

Las dos amigas comenzaron a entrenar, unidas por la idea de vivir una aventura y demostrar que podían hacer algo extraordinario. Sin embargo, no todo fue fácil. Cuando llegaron a la competencia, se encontraron con otros equipos muy organizados que habían estado entrenando por semanas. Las chicas se sintieron un poco nerviosas.

"Tal vez no seamos las mejores del torneo, pero lo importante es que lo intentamos y nos divertimos" - le dijo Bianca tomando la mano de Isa.

"Tenés razón. Vamos a disfrutarlo, ¡demos lo mejor de nosotras!" - contestó Isa con determinación.

El torneo comenzó y el primer partido fue de hamboll. Isabella mostró su talento en el campo, corriendo de un lado a otro, maniobrando la pelota como si fuese parte de ella. Bianca, desde la línea de banda, la animaba con fuerza.

"¡Dale Isa! ¡Vos podés!" - gritó.

Después de una emocionante victoria en hamboll, llegó el turno del voleibol. Esta vez, era el momento de que Bianca brillara. Mientras se acomodaba en la cancha, se sintió un poco nerviosa por tener que jugar en medio de un grupo que no conocía. Pero de pronto, recordó las palabras de Isa y se llenó de valor.

"Esto es para divertirnos, ¡vamos a disfrutar!" - se repitió a sí misma, mientras sus ojos se iluminaban con la emoción.

El partido de voleibol comenzó y Bianca conectó cada pase y cada remate con todo su esfuerzo. Isa, desde la línea, la alentaba sin parar, lo que hizo que Bianca se sintiera aún más segura. ¡El equipo estaba funcionando! ¡Era un verdadero trabajo en equipo!

Cuando el torneo llegó a su fin, Bianca e Isa no ganaron el primer puesto, pero sí se llevaron el premio a la amistad más divertida. Las dos amigas se abrazaron en el escenario mientras todos aplaudían.

"¡Lo logramos! No importa el lugar, lo importante es que jugamos juntas y nos divertimos" - celebró Bianca.

"Exacto. Siempre seremos un gran equipo, sin importar el deporte" - agregó Isa, emocionada.

Así, desde ese día, Bianca e Isa se prometieron que jugarían juntas en todo deporte que se presente. Aprendieron que aunque tenían gustos diferentes, juntos podían ser más fuertes y disfrutar de la amistad más que de la competencia.

Y así, cada vez que se miraban, sabían que no importaba el resultado. Lo que realmente contaba era la alegría de compartir momentos y descubrir que, en lo diferente, había mucha riqueza por explorar.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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