El Lago Milagroso y el Joven Búho



Había una vez un joven búho llamado Oliver que vivía en un frondoso bosque cerca de un lago. Oliver tenía curiosidad por muchas cosas, pero lo que más le intrigaba era el lago. Sus amigos le contaban historias sobre un "lago milagroso" lleno de sorpresas y maravillas.

Un día, mientras exploraba, Oliver decidió acercarse al lago. Al llegar, vio el agua brillar como si estuviera iluminada por mil estrellas.

"¡Wow!", exclamó Oliver, asombrado. "Nunca había visto algo así".

Mientras observaba el lago, una pequeña tortuga llamada Tula emergió del agua.

"Hola, búho curiosón. ¿Qué te trae por aquí?", preguntó Tula, moviendo sus patas curiosamente.

"Hola, Tula. Escuché que este es un lago milagroso. ¿Es verdad?", respondió Oliver con ansias.

"Sí, es cierto. Este lago tiene muchas bondades", dijo Tula. "No solo nos da agua limpia para beber, sino que también es un lugar lleno de historias y aprendizajes".

Intrigado, Oliver se acomodó en una rama cercana mientras Tula le contaba historias sobre el lago.

"Este lago me enseñó a ser paciente. Una vez, me perdí en un lugar oscuro, pero gracias a la calma del agua, encontré el camino de vuelta", relató Tula.

Oliver también quería aprender algo del lago. Pensó que si ese lago podía tener tanto poder, tal vez él podría encontrar algo especial allí. Se quedó observando el reflejo del sol en el agua, cuando de repente, vio a un pez bailar.

"¡Hey, pez! ¿Por qué bailas así?", le preguntó Oliver emocionado. El pez, que se llamaba Pepi, se acercó.

"Bailo porque en el lago todos somos felices. Este lugar nos recuerda que siempre debemos disfrutar de la vida y ser agradecidos", contestó Pepi con una sonrisa.

Las palabras del pez tocaron el corazón de Oliver. Decidió que quería hacer algo para compartir esa felicidad.

"Tula, ¿y si hacemos una fiesta aquí en el lago para que todos vengan y celebren la amistad?", sugirió Oliver con entusiasmo.

"¡Esa es una gran idea!", respondió Tula sonriente. "Juntos podemos invitar a todos los animales del bosque".

Como el lago era conocido y respetado por todos, la noticia de la fiesta se difundió rápidamente. Los días siguientes, los animales trabajaron juntos para preparar la fiesta. Reunieron frutas, flores y hasta construyeron pequeños adornos.

El día del evento, el lago estaba repleto de alegría. Los pájaros cantaban, los zorros bailaban y hasta las ranas organizaron un recital de croar. Oliver, al ver todo eso, sintió una inmensa felicidad.

"Todo esto es gracias al lago que nos enseñó a ser felices juntos y a valorar nuestra amistad", dijo Oliver mientras volaba en círculos, lleno de alegría.

Sin embargo, justo cuando todo parecía perfecto, una gran nube oscura se posó sobre el lago. El viento comenzó a soplar fuertemente.

"¿Qué está pasando?", preguntó Tula, preocupada.

"No sé, pero debemos proteger nuestro lago", contestó Oliver decidido.

Con la ayuda de todos los animales, formaron una cadena alrededor del lago y comenzaron a cantar una canción sobre la unión y la amistad. Sorprendentemente, las nubes comenzaron a despejarse y la luz del sol volvió a brillar.

"¡Lo logramos!", gritó Pepi desde el agua.

"Sí, el poder del lago no solo está en su belleza, sino en la fuerza de nuestra amistad", dijo Oliver, sintiéndose más sabio.

Desde ese día, cada vez que los animales se reunían en el lago, recordaban las lecciones que habían aprendido: la importancia de la unidad, la felicidad y la amistad. Y el joven búho, que había comenzado como un curioso explorador, pasó a ser un líder, inspirando a todos a cuidar no solo el lago, sino también las relaciones que tenían entre ellos.

Oliver siguió visitando el lago, siempre aprendiendo algo nuevo y recordando que las bondades del lago no solo iluminaban el agua, sino también su corazón.

FIN.

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