El Mercado Mágico de la Amistad



Un día soleado en el colorido barrio de Monte Cielo, un grupo de amigos decidió explorar el mercado local. Sofía, una niña curiosa y llena de energía, llevó a sus amigos, Lucas y Martina, a conocer un lugar especial: un mercado donde se vendían cosas mágicas.

"¿Qué hay de interesante en este mercado, Sofi?" - preguntó Lucas, con sus ojos brillando de emoción.

"¡Todo! Desde computadoras que cuentan chistes hasta alimentos que te hacen bailar. ¡Vamos a ver!" - respondió Sofía, riendo.

Al llegar, se encontraron con una gran variedad de puestos. En uno de ellos, una señora vendía computadoras que hablaban.

"Hola, chicos. Estas computadoras son especiales. ¿Quieren probar una?" - dijo la señora, sonriendo.

"¡Sí!" - exclamaron todos al unísono. Sofía eligió una computadora brillante de color azul.

"Hola, soy Compy. ¿Qué te gustaría saber?" - dijo la computadora con una voz amigable.

"¡Cuéntame un chiste!" - pidió Sofía.

"¿Por qué los pájaros no usan Facebook? Porque ya tienen Twitter!" - dijo Compy, y todos comenzaron a reír.

Emocionados, continuaron su recorrido. En otro puesto, un hombre vendía comida que prometía convertir a cualquiera en un excelente bailarín.

"¿La comida hace bailar a la gente?" - preguntó Martina, interesada.

"¡Exactamente! Solo hay que probarla. Aquí tengo unas empanadas mágicas. ¿Quieren?" - dijo el hombre, levantando un plato lleno de empanadas doradas.

Los amigos no podían resistirse, así que compraron unas empanadas y, al probarlas, de pronto no pudieron parar de moverse.

"¡Miren cómo bailo!" - gritó Lucas, haciendo giros enérgicos.

"¡Es como si los pies tuvieran vida propia!" - dijo Sofía, riendo mientras se movía.

Pero no todo era diversión en el mercado. Martina, que solía ser un poco tímida, se sintió un poco triste porque no había nada en el mercado que le hablara a ella. Se acercó al último puesto, donde un hombre vendía celulares que hacían amigos imaginarios.

"¿Qué tal? ¿Te gustaría tener un amigo imaginario?" - preguntó el hombre, notando la tristeza de Martina.

"Creo que no... no soy buena para hacer amigos" - respondió ella, bajando la mirada.

"A veces, un amigo tiene que hacer el primer movimiento. ¿Qué tal si le hablas a tu amigo imaginario?" - sugirió el hombre.

Martina dudó, pero decidió probar. Compró un celular y presionó un botón.

"Hola, soy Timi, tu amigo imaginario. Estoy aquí para jugar contigo. ¡Hagamos una aventura!" - dijo una voz alegre que salió del celular.

"¿Aventura? ¿Qué tipo de aventura?" - preguntó Martina, sintiéndose un poco más animada.

"¡Vayamos a buscar el Tesoro de la Amistad! Necesitamos un mapa y encontrar objetos especiales por todo el mercado" - respondió Timi.

Así que Martina, animada por su nuevo amigo, llevó a sus compañeros en una búsqueda. Tuvieron que encontrar tres objetos especiales: una estrella brillante, una mochila mágica y un libro de cuentos.

"¡Mirá! Ahí hay una estrella brillante en el puesto de artesanías!" - gritó Sofía.

Los amigos corrieron hacia la estrella, que brillaba con luz propia. Luego, encontraron la mochila mágica, que hacía que todo lo que llevaban dentro se convirtiera en lo que más necesitaban. Por último, llegaron al puesto de libros, donde había un libro de cuentos que narraba aventuras de valentía y amistad.

"¡Lo encontramos todo!" - exclamó Lucas, mientras todos se reunían.

Con sus objetos especiales en mano, Martina entendió que había hecho nuevos amigos, y que siempre podía contar con ellos, incluso cuando se sentía insegura.

"Gracias, amigos. Hoy aprendí que los verdaderos tesoros son la amistad y la aventura juntos" - dijo Martina, sonriendo.

"¡Vamos a celebrar!" - propuso Sofía, y todos se unieron para disfrutar de más empanadas mágicas y chistes de Compy.

El día terminó en carcajadas, bailes y promesas de futuras aventuras. El mercado mágico había traído no solo divertidas sorpresas, sino también un nuevo lazo de amistad entre los tres.

Y así, en Monte Cielo, cada vez que alguien hablaba del mercado mágico, se acordaban no solo de las computadoras y las empanadas, sino también de la increíble aventura que los unió como amigos para siempre.

FIN.

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