El Misterio de las Figuras Geométricas



Era una tarde radiante en el jardín de infantes "Las Estrellas Brillantes". Los niños salieron al patio con sonrisas enormes y energía desbordante para disfrutar del cálido sol. Algunos se acomodaron en el arenero, donde construían castillos, mientras otros se dedicaron a observar las flores que empezaban a florecer.

"¡Mirá cómo crece esa planta!" - exclamó Sofía, señalando una maceta llena de florecitas.

"Sí, pero miren eso allá!" - agregó Lucas, apuntando a un grupo de objetos extraños que habían aparecido en el patio.

Los niños se acercaron curiosos y encontraron un montón de figuras geométricas: cubos, triángulos, círculos y rectángulos, todos de colores brillantes.

"¡Wow! ¿De dónde salieron estas cosas?" - preguntó Mateo fascinado.

"No lo sé, pero son tan divertidas!" - contestó Valentina mientras levantaba un triángulo rojo.

Emocionados, comenzaron a explorar las figuras. Pero de repente, algo extraño ocurrió. Las figuras comenzaron a moverse, ¡como si tuvieran vida propia!"¿Viste eso? ¡El círculo se está rodando!" - gritó Lucas.

"Quizás están aquí para jugar con nosotros" - dijo Sofía emocionada.

Los niños miraron asombrados cómo el cubo empezó a bailar y el triángulo a saltar. Decididos a aprovechar la oportunidad, comenzaron a interactuar con las figuras. Jugaron a lanzar los objetos, a crear formas en el suelo y a hacer pirámides con ellos.

"¿Qué pasaría si hacemos una gran figura usando todos?" - sugirió Mateo, levantando la voz.

"¡Sí! Hagamos una estrella gigante con todos los colores!" - exclamó Valentina, llena de entusiasmo.

Los niños unieron sus fuerzas y comenzaron a organizar las figuras en forma de estrella. Con cada figura que colocaban, los colores vibrantes del patio parecían cobrar vida. Las risas y los gritos de alegría resonaban por todo el jardín.

Pero de repente, el viento sopló fuerte y algunas figuras empezaron a volar.

"¡No! ¡Vuelvan!" - se lamentó Sofía, viendo cómo un triángulo azul se alejaba volando.

Sin pensarlo dos veces, los niños decidieron correr tras de ellas. Cada vez que atrapaban una figura, se sentían más unidos y emocionados de jugar juntos. Era como si las formas quisieran mostrarse a sí mismas en una búsqueda de amigos.

"¿Y si las seguimos? Quizás nos llevan a un lugar mágico" - dijo Lucas.

"¡Adelante, sigamos a ese círculo!" - respondió Mateo.

Los niños corrieron por el jardín, siguiendo a las figuras que llevaban una danza frenética, hasta que llegaron a la esquina del patio, donde había un árbol gigante. Allí, las figuras se detuvieron y comenzaron a formar un círculo perfecto.

"Miren, ¡están formando un juego!" - gritó Valentina, asombrada. De repente, las figuras comenzaron a brillar y emitieron una luz que iluminó todo el espacio.

"¿Qué sucede?" - preguntó Mateo, con una mezcla de asombro y curiosidad.

Entonces, una voz suave y melodiosa resonó desde las figuras,

"¡Hola, niños! Somos las Figuras Mágicas de la Creatividad. Hemos venido a recordarles lo que pueden lograr cuando se reúnen y juegan juntos."

Los niños estaban boquiabiertos, no podían creer lo que estaban escuchando.

"¿Y qué podemos hacer con ustedes?" - preguntó Sofía, llena de curiosidad.

"Pueden aprender, crear y soñar. Cada figura tiene un poder especial. Los círculos enseñan a trabajar en equipo, los cuadrados son sobre la amistad, y los triángulos simbolizan la creatividad."

Entusiasmados, los niños estaban listos para aprender. Junto a las Figuras Mágicas, comenzaron a hacer juegos en los que debían colaborar, creando distintas construcciones con las figuras mientras se reían y jugaban.

La tarde continuó llena de risas, creatividad y aprendizajes. Cuando finalmente llegó la hora de regresar al salón, las figuras se despidieron, prometiendo volver otra vez.

"¡Hasta pronto, amigos! Recuerden que siempre pueden crear y soñar!" - resonó la voz mientras las figuras se desvanecían en el aire.

Los niños volvieron al salón, no solo con la alegría de un día divertido, sino también con un nuevo secreto en sus corazones, un recordatorio de que juntos podían crear cosas maravillosas. En su pequeño jardín, habían experimentado la magia de la amistad, el trabajo en equipo y la creatividad.

"¡Tengo tantas ganas de seguir creando!" - dijo Lucas al final del día.

"Sí, no importa si son figuras o no, ¡lo importante es hacerlo juntos!" - respondió Sofía con una sonrisa enorme.

Así, a cada tarde soleada en el jardín, los niños esperaban el regreso de las Figuras Geométricas, entusiasmados por las nuevas aventuras que vivirían juntos.

FIN.

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