El Pajarito que Aprendió a Volar



Había una vez en un hermoso bosque un pajarito llamado Pipo. Pipo era un pajarito de bellos plumajes amarillos y azules, pero tenía un problema: no podía volar. Todos los días veía a sus amigos volar alto por el cielo, haciendo piruetas y jugando entre las nubes. Pipo se sentía triste, deseaba poder unirse a ellos.

Un día, mientras Pipo observaba a sus amigos, se acercó su amiga la tortuga, Tina.

"¿Por qué no te unes a nosotros, Pipo?" -preguntó Tina con una sonrisa.

"No puedo volar, Tina" -respondió Pipo con voz melancólica. "Siempre miro desde abajo."

Tina, que siempre había admirado la valentía de Pipo, decidió ayudarlo. "¿Por qué no intentás aprender a volar?" -sugirió.

Pipo se quedó pensando. "Pero, ¿cómo?" -preguntó.

"Podés intentarlo todos los días. Yo estaré a tu lado para animarte" -dijo Tina entusiasmada.

Así fue que Pipo decidió intentar volar. Todos los días, Tina lo animaba, y Pipo saltaba desde pequeños troncos y piedras. A veces, sus intentos terminaban en caídas, pero Pipo no se daba por vencido.

"¡Lucy! ¡Mirá! ¡Pipo está intentándolo de nuevo!" -gritó un pájaro.

"¡Eso es! Un día aprenderá a volar" -respondió su amiga.

Un día, mientras estaban en el borde de un claro, Pipo miró hacia el cielo y vio a un grupo de pájaros volando en formación. Entonces, preguntó a Tina. "¿Creés que yo podré volar así alguna vez?"

"Seguro que sí, si seguís intentándolo" -respondió Tina.

Pipo se sintió inspirado y decidió subir a una rama más alta.

"¡Voy a probarlo desde acá!" -dijo con determinación.

Los otros pájaros se acercaron y comenzaron a aplaudirlo."¡Vamos Pipo, vos podés!" -gritaron todos. Pipo se sintió lleno de energía. Con cada latido de su pequeño corazón, saltó desde la rama y extendió sus alas con toda su fuerza.

Sin embargo, en pleno vuelo, sintió que estaba cayendo de nuevo. Su corazón se hundió.

"¡Ay, no!" -exclamó mientras caía, pero en ese instante, algo diferente sucedió. Se había olvidado del miedo y, antes de aterrizar, empezó a mover sus alas con todas sus fuerzas. Pipo sintió un pequeño empujón del viento.

Y, ¡sorpresa! En ese momento, Pipo alzó el vuelo. "¡Lo logré, lo logré!" -gritó emocionado mientras subía en círculos. Sus amigos, los pájaros, aplaudían emocionados.

"¡Sí! ¡Pipo lo logró!" -gritó la bandada.

Pipo sobrevoló el claro y miró hacia abajo donde estaba Tina.

"¡Mirá, Tina! ¡Estoy volando!" -dijo feliz.

"¡Lo sabía! ¡Te lo dije!" -respondió Tina, saltando de felicidad.

Ese día, Pipo voló por primera vez, y no solo eso, se dio cuenta de que lo había logrado gracias a su esfuerzo y a la ayuda de su amiga. Desde ese día, el pajarito que no podía volar, se convirtió en el rey del cielo y, junto a sus amigos, vivió aventuras maravillosas.

Y así, el pajarito que no podía volar, demostró que con perseverancia y ayuda de los amigos, todo es posible. Fin.

FIN.

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