El Viaje Curioso de Lía y Tomi



En un pequeño barrio de Buenos Aires, vivían dos mejores amigos: Lía, una niña con una gran imaginación y Tomi, un niño siempre dispuesto a descubrir cosas nuevas. Un día, mientras exploraban en la plaza, Lía se encontró con un mapa antiguo que parecía tener muchos destinos misteriosos.

"¡Tomi, mirá lo que encontré!" - exclamó Lía, con los ojos brillando de emoción.

"¿Qué es eso?" - preguntó Tomi, acercándose a verla.

"Es un mapa que dice que hay un tesoro escondido en el Bosque de los Secretos. ¿Querés ir a buscarlo?" - dijo Lía.

"¡Sí! Pero primero necesitamos prepararnos. Tal vez haya más sorpresas en el camino" - respondió Tomi, ya pensando en todo lo que necesitarían.

Los dos amigos volvieron a casa y prepararon sus mochilas con todo lo que podrían necesitar: agua, galletitas, una linterna, y, por supuesto, ¡un cuaderno para anotar todo lo que descubrieran!

Al día siguiente, bien temprano, se encontraron en la plaza.

"¿Estás lista?" - le preguntó Tomi a Lía.

"¡Sí! Vamos a descubrir el mundo" - gritó Lía, dando un salto de alegría.

Caminaron durante un buen rato hasta llegar a la entrada del Bosque de los Secretos. Los árboles eran altísimos y había sombras misteriosas por todas partes.

"Esto se ve genial, pero un poquito aterrador, ¿no?" - comentó Tomi, mirando alrededor.

"Un poco, pero eso es lo que hace que sea más emocionante. ¡Vamos a seguir!" - dijo Lía con determinación.

Mientras avanzaban, se encontraron con un zorro curioso que los miraba desde detrás de un arbusto.

"Hola, pequeños aventureros. ¿A dónde van tan temprano?" - preguntó el zorro con una voz suave.

"Vamos a buscar un tesoro" - respondió Tomi.

"¿Un tesoro? ¡Eso suena divertido! Pero cuidado, hay que tener cuidado con el río espumoso que está más adentro" - les advirtió el zorro.

"¿Río espumoso?" - preguntó Lía intrigada.

"Sí, está lleno de ilusiones. A veces te hace ver cosas que no están allí" - explicó el zorro.

Lía y Tomi agradecieron al zorro y siguieron avanzando, pero no pasaron mucho tiempo antes de que escucharan el ruido del agua.

"¿Ves? Ahí está el río espumoso!" - gritó Tomi.

Se acercaron despacito y se dieron cuenta de que el agua estaba llena de burbujas. A medida que se asomaban, comenzaron a ver reflejos extraños en el agua.

"¡Mirá, Lía! Parecen... criaturas del mar!" - exclamó Tomi, mirando las sombras.

"¡Y están bailando!" - dijo Lía fascinada.

De repente, las sombras se disolvieron y las risas se apagaron.

"Es solo una ilusión, Tomi. No podemos dejar que esto nos desanime. Sigamos buscando el tesoro" - dijo Lía, sintiéndose un poco decepcionada pero animada.

Continuaron su camino hasta llegar a un claro donde había un gran árbol con un hueco en su tronco. En el interior había un antiguo cofre.

"¡El tesoro!" - gritaron los dos amigos al unísono.

Al abrir el cofre, descubrieron que no había oro ni joyas, sino un libro titulado "Los secretos del Bosque".

"¿Un libro? Pensé que íbamos a encontrar un tesoro de verdad" - se quejó Tomi.

"Pero mirá, Tomi, este libro puede tener historias maravillosas e información sobre todos los lugares que vimos" - explicó Lía.

"Tenés razón. Tal vez esto sea más valioso que el oro." - reconoció Tomi, dándose cuenta de que la información y la aventura eran el verdadero tesoro.

Así que, felices con su descubrimiento, regresaron a casa. Pasaron la tarde leyendo el libro y planeando su próxima aventura.

"¿Y si buscamos a las criaturas del mar la próxima vez?" - sugirió Tomi.

"¡Eso sería espectacular!" - respondió Lía, emocionada.

Mientras la luz del atardecer llenaba el cielo de colores, los amigos se dieron cuenta de que la verdadera joya estaba en la experiencia compartida y la curiosidad que los unía.

"Nunca dejemos de explorar, ¿sí?" - dijo Lía.

"¡Sí! La curiosidad siempre nos llevará a nuevos lugares!" - concluyó Tomi, pensando en todas las maravillas que aún les quedaba por descubrir.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!