El Viaje Mágico de Lucas



Había una vez un niño llamado Lucas que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos. Lucas era un chico divertido pero había un gran problema: ¡no le gustaba comer comida saludable! Prefería las galletas, los refrescos y las papas fritas. Sus padres siempre le decían:

"Lucas, debés comer verduras y frutas para estar fuerte y sano".

Pero Lucas solo respondía:

"¡No quiero! ¡Esto no es rico!".

Un día, mientras jugaba en el parque, se encontró con un pequeño dragón llamado Rufus que parecía muy triste.

"¿Qué te sucede, Rufus?" -le preguntó Lucas.

"Estoy muy débil porque no he comido comida saludable como frutas y verduras. No puedo volar alto y sueño con sacar fuego por la nariz como todos los dragones" -respondió el dragón.

Lucas, al ver la situación de Rufus, se sintió un poco preocupado.

"¿Y cómo puedo ayudarte?" -preguntó Lucas.

"Si me traes algunos alimentos saludables, tal vez logre sentirme mejor" -dijo Rufus con la esperanza brillando en sus ojos.

Lucas pensó que esto podía ser divertido. ¡Y si el dragón podía volar luego de comer saludables, tal vez él también podría conseguir algo mágico! Entonces, decidió ir a casa y hacerle un gran banquete al dragón.

En la cocina, Lucas abrió la heladera. Miró las frutas coloridas y las verduras recién compradas.

"Yo no quiero eso... ¡Quiero papas fritas!" -dijo Lucas, pero al recordar el sueño de Rufus, decidió que debía hacer un esfuerzo. Así que, con un poco de esfuerzo, preparó una ensalada grande con lechuga, tomates y unas rodajas de pepino y también un batido de frutas.

Cuando Lucas volvió al parque, Rufus estaba ansioso.

"¿Tienes la comida?" -preguntó emocionado.

"Sí, aquí tienes" -dijo Lucas, mientras le ofrecía los platos llenos de colores.

Rufus, con una gran sonrisa, comenzó a comer. Al cabo de unos minutos, sintió una energía especial en su cuerpo.

"¡Sí! ¡Puedo volar!" -gritó Rufus, batiendo sus alas con fuerza.

Lucas se sorprendió de ver cómo el dragón ascendía al cielo.

"¡Es asombroso!" -exclamó Lucas.

"Gracias, Lucas. Comida saludable puede ser rica y te da fuerza" -dijo Rufus, aterrizando a su lado.

Desde ese día, Lucas aprendió que la comida saludable no solo puede ser deliciosa, sino que también le da energía para hacer cosas maravillosas, como volar alto en sus sueños.

Así que cada vez que veía una fruta o una verdura, recordaba a su amigo el dragón y se sentía feliz de comer cosas saludables. Y que muchos momentos mágicos le esperaban.

Desde entonces, no solo Lucas, sino también Rufus, vivieron felices y saludables.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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