La Aventura de 1B en Santo Domingo Savio



Era un hermoso día soleado cuando los alumnos de 1°B llegaban al colegio Santo Domingo Savio por primera vez. Con sus mochilas nuevas, sonrisas nerviosas y un bonche de preguntas en la cabeza, se encontraban listos para vivir una jornada llena de sorpresas.

"¿Y si no me hacen amigos?" - le decía Laura a su amiga Ana mientras subían las escaleras.

"No te preocupes, ¡todos estamos en la misma! Además, ¡vamos a conocer a nuestra maestra!" - respondió Ana con optimismo.

Al ingresar al aula, se encontraron con un ambiente colorido y cálido. En el frente, una maestra con una gran sonrisa les saludó. Era la Señora Marta, una maestra con un gran corazón.

"¡Bienvenidos, chicos! Estoy muy emocionada de conocerlos. Este año será uno de los mejores de sus vidas. ¿Están listos para aprender?" - les dijo con entusiasmo.

Los alumnos respondieron con un tímido "sí". Sin embargo, entre ellos, Julián, el más reservado, murmuró:

"Espero que no nos hagan hacer demasiada tarea..."

La señorita Marta, al escuchar, se rió y dijo:

"¡No se preocupen! Aprenderemos de una manera divertida. Habrá juegos, actividades al aire libre y muchas aventuras que vivir juntos. ¡Vamos a conocernos mejor!"

Los chicos se miraron con curiosidad; la idea de un año lleno de juegos sonaba increíble. La Señorita Marta les propuso un juego para romper el hielo: "La cadena de amigos". Cada uno debía decir su nombre y algo que le gustara.

"Yo soy Ana y me encanta bailar."

"Yo soy max y me gusta jugar al fútbol," - dijo Max.

"Soy Nicolás y mi pasatiempo favorito es construir cosas con legos", agregó Nicolás.

"Soy Laura y me encanta leer cuentos."

Pero justo cuando todos se estaban entusiasmando, un curioso ruido resonó en la entrada del aula. Al girar la vista, vieron a un pequeño animalito en la ventana.

"¡Es un gato!" - gritó Olivia sorprendida.

Todos se acercaron a ver al intruso animal, que parecía tan curioso como ellos. La Señorita Marta los miró y dijo:

"Parece que este gato quiere unirse a nuestra clase. ¿Qué les parece si le damos un nombre?"

Los niños comenzaron a sugerir nombres divertidos, y finalmente decidieron llamarlo —"Gatuno" .

De repente, Nicolás, que era un poco más aventurero, dijo:

"¡Y si lo adoptamos y lo dejamos vivir con nosotros en el aula!"

Pero, la maestra les explicó:

"Chicos, los gatos son animales libres y necesitan espacio. Pero podemos crear un rincón especial al lado de la ventana para que Gatuno puede visitarnos."

Todos estuvieron de acuerdo y empezaron a planear el pequeño rincón. Juntos, hicieron un cartel que decía "Bienvenido Gatuno" y decoraron con dibujos de gatos.

A lo largo de la semana, 1°B se fue abriendo como un libro. En cada clase, la Señorita Marta incorporaba a Gatuno, quien, dichoso, venía a supervisar las actividades. Entre aventuras de aprendizaje y risas, los pequeños comenzaron a formar lazos que sorpresivamente los unían como un lazo de amigos.

Más adelante, durante la clase de arte, Laura tuvo una gran idea:

"¿Por qué no hacemos una pintura de Gatuno?"

Todos se entusiasmaron e, inspirados en su amigo animal, comenzaron a plasmar sus ideas en la tela. Pero cuando estaban a punto de terminar, el pequeño amigo decidió saltar sobre la mesa, ¡y todo salió volando! La pintura quedó llena de huellas de patas de gato y risas sonaron por toda el aula.

"¡Gatuno también es un gran artista!" -exclamó Ana entre risas.

Mientras pasaban los días, 1°B continuó teniendo aventuras: en el recreo, organizaron una búsqueda del tesoro, y al final del mes realizaron una exitosa feria de ciencias. En cada momento, Gatuno parecía siempre estar presente.

Así fue como, al pasar los meses, Julián comenzó a sentir menos miedo y más confianza. Ahora no solo tenía amigos, sino que se había convertido en uno de los líderes del equipo en la búsqueda del tesoro.

"¿Pueden creer que este año se está poniendo mejor de lo que pensé?" - le dijo a Laura.

"Es genial, ¿verdad? Nunca imaginé que podríamos aprender y jugar tanto juntos."

Finalmente, llegó el día del festival de fin de año del colegio. Los alumnos de 1°B, orgullosos de todo lo que habían logrado, montaron una exposición sobre las cosas que habían descubierto sobre los gatos, con Gatuno como protagonista. La comunidad del Santo Domingo Savio se llenó de risas y colores, y la maestra Marta no podía estar más orgullosa.

"Chicos, han hecho un trabajo maravilloso. Este año no solo aprendieron sobre los gatos, sino también sobre la amistad, el trabajo en equipo y la importancia de cuidar a los demás. ¡Estoy muy feliz de haber vivido esta aventura con ustedes!"

Los alumnos, emocionados, levantaron sus manos y gritaron:

"¡Viva 1°B y Gatuno!"

Y así, con el corazón lleno de alegría y un montón de recuerdos hechos, 1°B terminó un año escolar inolvidable, donde aprendieron que juntos son más fuertes y que la amistad, como un buen gatito, siempre llega cuando menos lo esperas.

FIN.

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