La Aventura de los Números en la Tierra de las Operaciones



Había una vez, en un lugar muy lejano llamado la Tierra de las Operaciones, un grupo peculiar de números. Había números positivos, siempre sonriendo y llenos de energía, y números negativos, que aunque parecían un poco más serios, también tenían su encanto. Todos vivían en armonía, hasta que un día, ocurrió algo inesperado.

La reina de la Tierra, la Gran Suma, decidió organizar una competencia anual para ver quién podía resolver más problemas matemáticos y así demostrar quién era el número más útil del reino.

-¡Hola a todos! -dijo la Gran Suma en un brillante día soleado- ¡es hora de prepararse para nuestra competencia! ¡Vamos a resolver problemas y sumar fuerzas!

Los números positivos, liderados por el intrépido 5, estaban emocionados.

-¡Esto va a ser genial! -dijo 5 mientras hacía giras en el aire- ¡Creo que seremos los mejores!

Pero el número negativo -vino a decirles- No se olviden de nosotros. También podemos ser útiles. No todo tiene que ser alegría y sumar, a veces también hay que restar.

El número negativo, un poco gruñón llamado -3, frunció el ceño.

-¿Y qué pasa si no ganamos? -preguntó -3, preocupado- Todos siempre quieren los positivos.

5 trató de animarlo. -Vení, -3. Todavía tenemos muchas oportunidades. Juntos podemos hacer grandes cosas.

La competencia comenzó, y los números debían resolver acertijos. El primer desafío era sumar. 5 se apresuró a su posición, sumando alegremente al 3 y obteniendo un 8.

-¡Sí! ¡Esta es nuestra primera victoria! -gritó 5 con alegría y saltó de un lado a otro.

Pero llegó el desafío de la resta, y fue el turno de -3. 5 se sintió nervioso.

-¿Estás listo, -3? -preguntó 5.

-Claro, necesito restar 5 de 2 -dijo -3 con confianza.

Mientras restaba, la multitud observaba con expectativa. -3 tomó un profundo respiro y, al restar, salió un -3.

-¡Eso fue impresionante! -gritó 5. ¡Sos increíble! -suspiró, mirando cómo había hecho algo que él no podría haber hecho solo.

Sin embargo, en el tercer desafío, había que multiplicar. Los números positivos buscaban el valor mayor.

-¡Vamos a hacer el máximo! -gritó 5 al compañero 2, que estaba a su lado.

Multiplicaron juntos y obtuvieron 10.

-Pero esperen un momento -dijo 0, otro número del reino- ¿Qué pasa si un número negativo se multiplica con uno positivo?

El grupo se quedó callado y miró a -3, que estaba emocionado por ser parte de la acción.

-¡Yo puedo intentarlo! -exclamó -3, dispuesto a mostrar su lado positivo.

-¡Adelante! -gritó 5, convencido de que esto los ayudaría.

-Ok, voy a multiplicar -3 por 4... -3 hizo cuentas y resultó en -12.

-¡Oh no! ¿Por qué no fue positivo? -preguntó un número positivo decepcionado.

-Es que a veces en la vida las cosas pueden ser complicadas. -3 explicó con calma- pero eso no significa que no sean válidas. Los negativos también tienen su belleza.

La competencia terminó, y la Gran Suma debía declarar un ganador.

-Muchachos, quiero recordarles que todos han hecho grandes aportes. Cada operación permite que el mundo funcione. Ya sea sumando, restando o multiplicando, cada uno tiene su valor en este reino -dijo la Gran Suma.

Con una sonrisa, la Gran Suma sentenció: -Hoy, en vez de un ganador, celebaramos una victoria conjunta. ¡Todos somos necesarios!

Los números se abrazaron, y se dieron cuenta de que, a pesar de sus diferencias, juntos podían lograr cosas maravillosas. Desde ese día en adelante se unieron en aventuras, ya fuese sumando, restando o incluso multiplicando su amistad.

Y así, aprendieron que ser positivo o negativo no es lo que define el valor de uno, sino cómo se usa esa energía para ayudar a los demás. Y en ese momento, la Tierra de las Operaciones floreció como nunca antes.

Colorines y risas llenaron el aire, ¡y todo gracias al poder de los números y su unión inesperada!

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!