La Calabaza Mágica de Halloween



Era una noche de Halloween y en el pequeño pueblo de Lunares, todos los niños estaban emocionados por salir a hacer trucos o tratos. Entre ellos estaba una niña llamada Clara, que tenía 5 años y una gran imaginación. Esa noche, Clara decidió que quería tener una calabaza luminosa, como las que veía en las decoraciones de la calle.

"¡Mamá!" gritó Clara mientras se ataba los cordones de sus botas. "¿Podemos hacer una calabaza luminosa para Halloween?"

"Claro, Clara. ¡Vamos a buscar una!" respondió su mamá, sonriendo.

Salieron a buscar la calabaza perfecta. Caminaron por el mercado del pueblo y encontraron una calabaza grande y redonda. Era tan bonita que Clara sintió que era especial.

"¡Mirá, mamá! ¡Esa se ve mágica!" exclamó Clara.

"Sí, lo es. Vamos a llevarla a casa y hacerle una carita divertida", dijo su mamá.

Al llegar a casa, Clara y su mamá se pusieron a trabajar. Clara ayudaba a vaciar la calabaza mientras su mamá hacía la carita. Cuando terminaron, la calabaza era perfecta. Pero tan pronto como encendieron la vela dentro de la calabaza, algo increíble sucedió:

"¡Hola, Clara!" dijo una voz suave y brillante.

"¡¿Quién es? !" preguntó Clara, mirando a su alrededor con sorpresa.

"Soy Luzia, la calabaza mágica. Cada Halloween, busco a alguien especial para compartir una aventura. ¿Te gustaría venir conmigo?"

"¡Sí!" gritó Clara de emoción.

De repente, la habitación comenzó a brillar y Clara sintió que estaba en un mundo diferente. Eran un bosque encantado lleno de criaturas de colores vivos y luces brillantes.

"¡Bienvenida a la Tierra de los Dulces!" dijo Luzia.

"¡Esto es increíble!" dijo Clara.

"Vamos a conocer a los habitantes. Todos los años, los niños vienen aquí para aprender sobre la amistad y la valentía durante Halloween," explicó Luzia.

Mientras caminaban, Clara conoció a un oso de peluche llamado Teddie y a una mariposa llamada Lila.

"Hola, Clara. ¡Hoy tenemos una misión!" dijo Teddie.

"¡Sí! Vamos a ayudar a una niña que se siente sola!" añadió Lila.

Clara no podía creerlo. Con su nuevo grupo de amigos, decidió que ayudarían a la niña solitaria de la aldea cercana.

"No hay que tener miedo. Todos juntos somos fuertes", afirmó Clara.

Los cuatro llegaron a la casa de la niña, que se llamaba Sofía.

"¿Puedo ayudar en algo?" preguntó Clara, viendo a Sofía en su ventana.

"No tengo amigos..." suspiró Sofía, limpiando una lágrima.

"Nosotros somos tus amigos. ¡Vamos a jugar!" dijo Teddie.

Sofía sonrió y salió a jugar con ellos. Rieron, hicieron un desfile de disfraces, y jugaron juntos hasta que la luna brilló en el cielo.

"El Halloween es mágico. ¿Ves, Sofía? No estás sola en este mundo," comentó Lila.

"¡Sí! Gracias por ayudarme a encontrar la alegría de nuevo," dijo Sofía, abrazando a Clara.

Después de una noche llena de risas, Clara sintió que era hora de volver a casa.

"Gracias por la aventura, Luzia. ¡Eres increíble!" le dijo Clara a la calabaza.

"Gracias a vos por ser valiente y solidaria. Recuerda, la amistad hace más brillante cada día. ¡Hasta el próximo Halloween!" respondió Luzia mientras Clara comenzaba a despedirse.

De repente, Clara se despertó en su cama, con la calabaza luminosa sonriendo en la esquina de su habitación. La noche mágica había sido real, pero lo más importante, había aprendido que la amistad y la bondad siempre iluminan el camino, en Halloween y todos los días.

Clara sonrió mientras se acomodaba en la cama para dormir. Miró a su calabaza y le susurró, "¡Hasta el próximo Halloween!"

FIN.

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