La Carrera de Sury y Ela



Había una vez, dentro de la pancita de mamá, dos primas muy traviesas: Ela y Sury. Desde que estaban ahí, jugaron a una frenética carrera para ver quién llegaría primero al mundo.

- “Yo creo que llegaré primero, porque soy más rápida”, dijo Ela, dando vueltas en círculo.

- “¡No, no! ¡Yo voy a nacer primero! ”, respondió Sury, empujando suavemente a Ela con su pancita.

Las dos se reían mucho, hacían figuras con sus manitos y pateaban suavemente.

- “Mirá, Ela, ¡hice una pirueta! ”, decía Sury con una gran sonrisa.

- “¡Wow! Pero yo puedo hacer un salto mortal”, contestó Ela, dándose la vuelta.

Se pasaban el tiempo jugando, creando escenarios imaginarios. El tiempo se pasaba volando y, aunque estaban unidas por un cordón, se sentían muy competitivas.

Un día, todo cambió. Mama empezó a sentir contracciones.

- “¡Mirá! ¡La carrera ha comenzado! ”, gritó Ela emocionada.

- “¡Que gane la mejor! ”, dijo Sury, con una sonrisa de emoción.

Finalmente, Ela fue la primero en ser recibida por el mundo. Cuando vio la luz del día, sonrió llena de alegría.

- “¡Lo logré! ¡Soy la primera! ”, exclamó Ela, mientras todos la felicitaban.

El día siguiente, llegó Sury. Cuando se encontró con Ela, sonrió y dijo:

- “¡Hola, prima! Me alegra verte. Te prometí que no me tardaría mucho.”

- “¡Sury, llegaste! Estaba esperando ansiosamente para jugar contigo. Aunque gané la carrera, no importa. ¡Ahora somos un equipo! ”, respondió Ela.

Las niñas se abrazaron y empezaron su aventura en el mundo. Aprendieron que lo más importante no es quién llega primero, sino el amor y la compañía que se brindan mutuamente.

Así fue como Ela y Sury hicieron una promesa.

- “Siempre seremos amigas y nos apoyaremos, sin importar quién sea la primera”, dijo Sury.

- “Sí, siempre será así”, contestó Ela con fuerza.

Juntas vivieron muchas aventuras, siempre aprendiendo sobre la paciencia, la amistad y el amor.

Y así, se dieron cuenta de que cada momento vivido era lo que realmente importaba en su gran carrera por la vida.

Desde entonces, nunca olvidaron que ser parte de una familia es lo más hermoso de todo. Y así, juntas, siguieron corriendo, pero siempre de la mano, disfrutando cada paso del camino.

FIN.

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