La Gran Aventura de la Granja



En una soleada mañana, en una granja muy especial, vivían amigos muy singulares: un conejo suave llamado Blanquito, un cerdo áspero llamado Chanchito, un pez con lentejuelas llamado Brillín, una tortuga dura conocida como Turtu, y una mariposa lisa llamada Lila. Cada uno tenía su propia forma de ser y de ver el mundo.

Primero, empezaron a charlar sobre qué hacer en un bello día como ese.

"¿Y si organizamos una carrera?" - propuso Blanquito, moviendo su colita emocionado.

"¡Yo sería el campeón!" - exclamó Chanchito con confianza, aunque su pancita era más bien pesada.

"No tan rápido, yo puedo ser un gran nadador entre los demás" - dijo Brillín, moviendo su cola a la orilla de un pequeño estanque que había en la granja.

"Pero no podemos nadar todos juntos", destacó Turtu, con su tono pensativo.

"Podemos hacer varias pruebas, ¡así todos participamos!" - sugirió Lila con su voz dulce.

Decididos a divertirse y aprender unos de otros, se pusieron en marcha. La primera prueba fue la carrera a campo traviesa. Blanquito se destacó mientras Chanchito lo seguía con esfuerzo, tratando de no quedarse atrás. Pero cuando Blanquito se dio vuelta para burlarse de Chanchito, tropezó con una piedra y... ¡plaf! ¡cayó de boca en un charco!"¡Oh, Blanquito!" - se rieron todos.

"¡No fue gracioso!" - protestó Blanquito mientras se levantaba, lleno de barro.

"A veces, te va mejor cuando no te crees el mejor" - le dijo Chanchito, con una sonrisa.

La siguiente prueba fue nadar. Brillín saltó al agua con gracia y nadó por todo el estanque, pero al mirar hacia arriba, vio a Turtu tratando de meterse también.

"¿Puedes nadar, Turtu?" - preguntó Brillín algo preocupado.

"No, pero puedo zambullirme" - respondió Turtu y, con un gran esfuerzo, se empujó sobre el borde y cayó de panza al agua. ¡Todos se rieron a carcajadas!"Turtu, no es lo mío el agua, pero tengo una idea para la siguiente prueba" - dijo Brillín, aún riéndose.

Entonces, decidieron hacer una prueba de arte. Lila agarró unas flores y comenzó a crear una guirnalda mientras los demás se hacían dibujos sobre la tierra. Así, todos descubrieron que cada uno tenía talento y se complementaban de formas que no habían pensado.

Una vez lleno de garabatos y con la guirnalda lista, la mariposa empezó a bailar alrededor de Turtu, mostrando a todos su belleza. Sin embargo, un viento fuerte pasó y voló las flores de la cabeza de Lila, haciéndola caer.

"¡Ay, no! ¿Ahora qué hago?" - exclamó Lila, preocupada.

"No te preocupes, ¡es solo el viento!" - le dijo Blanquito mientras se sacudía el barro seco.

"Sí, ¡también puedo ayudarte!" - dijo Turtu. Con mucha cautela, se acercó y le ofreció una hoja hermosa.

"Gracias, Turtu. Con esto me haré otra corona"- dijo Lila, conmovida.

Cuando las pruebas finalizaron, todos se sintieron orgullosos de lo que habían hecho juntos.

"Lo importante no fue ganar, sino disfrutar..." - reflexionó Blanquito mientras miraban los dibujos.

"Y ayudarnos unos a otros, eso es lo que realmente importa" - concluyó Chanchito con seriedad.

Estos amigos de la granja aprendieron que lo que los hace diferentes puede ser una fortaleza si se unen. Así, cada uno, con su esencia especial, transformó un día ordinario en una gran aventura llena de risas y aprendizajes.

La granja, con su tejado corrugado y cerca de abalorios, se llenó de música y alegría mientras los amigos bailaban y reían juntos, guardando el secreto de que las mejores aventuras son aquellas que se viven en compañía.

Y así, prometieron hacer de cada día una nueva aventura en su granja mágica.

FIN.

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