La Maquina del Tiempo en el Jardín de los Dinosaurios



Era un día soleado en el barrio de Aventura, donde un grupo de amigos se reunía después de la escuela. Juan, Lucy y Tato eran inseparables, y ese día tenían un plan muy especial: probar la Maquina del Futuro que había creado el abuelo de Juan en su taller.

"¿Estás seguro de que va a funcionar?" - preguntó Lucy, mientras observaba con curiosidad la enorme máquina llena de palancas y luces parpadeantes.

"Sí, ¡confíen en mí! Mi abuelo dice que está lista para usar. Solo hay que ajustar esta palanca y apretar este botón" - respondió Juan entusiasmado.

Con un leve zumbido, la máquina comenzó a vibrar. En un instante, un destello de luz los envolvió, y cuando abrieron los ojos, se encontraron en un lugar increíble: un exuberante jardín lleno de plantas prehistóricas y...¡dinosaurios!"¡Miren eso!" - gritó Tato, señalando un grupo de velociraptores jugando cerca de un lago.

"¡Es impresionante!" - exclamó Lucy, que no podía dejar de mirar a los enormes brontosaurios que pastaban en la distancia.

Pero de repente, un rugido retumbó en el aire.

"¿Qué fue eso?" - preguntó Juan, con un toque de miedo en su voz.

"No lo sé, pero deberíamos escondernos" - sugirió Lucy, aterrorizada.

Los amigos se escondieron detrás de un gran arbusto mientras un enorme tiranosaurio rex pasaba caminando, buscando algo. Su corazón latía a mil por hora. Mientras observaban, notaron que el dinosaurio parecía triste.

"No puedo creerlo, ¡tiene lágrima en los ojos!" - dijo Tato, sintiéndose conmovido.

"Tal vez está buscando a alguien" - aventuró Juan, decidido a hacer algo.

Los tres amigos se miraron y, sin decir una palabra, decidieron ayudar al dinosaurio. Se acercaron lentamente, y Juan habló con suavidad.

"Hola, gran dinosaurio. ¿Te gustaría que te ayudáramos a encontrar lo que has perdido?" - preguntó.

El tiranosaurio, sorprendentemente, se detuvo y los miró con curiosidad.

"Estoy buscando a mis amigos. Nos separamos durante un juego y ahora no sé dónde están" - respondió, con una voz profunda pero melancólica.

"¡Vamos a ayudarlo!" - dijo Lucy alzando la voz en señal de entusiasmo.

Los amigos se pusieron a buscar, guiados por los rastros que el dinosaurio les mostraba. En su aventura, se toparon con pterodáctilos que volaban alto, triceratops que se escondían detrás de grandes árboles y estegosaurios pastando tranquilamente. Cada vez que encontraban a otro dinosaurio, el tiranosaurio rugía de alegría, pero sus amigos aún no aparecían.

Finalmente, decidieron ir al río, donde escucharon un gran bullicio.

"¿Qué será eso?" - preguntó Tato.

"¡Vamos a ver!" - respondió Juan, con una chispa de emoción en sus ojos.

Cuando llegaron, encontraron a un grupo de dinosaurios jugando en el agua: eran los amigos del tiranosaurio. Éste comenzó a brincar de felicidad al verlos.

"¡Ahí están! Gracias, gracias, amigos. Ustedes son los mejores" - dijo el tiranosaurio mientras abrazaba a sus amigos.

Los tres niños sonrieron al ver la felicidad del dinosaurio. Habían logrado unir a los amigos y ahora todo el jardín prehistórico parecía más alegre.

"Fue una gran aventura, pero tenemos que volver a casa antes que la máquina deje de funcionar" - recordó Lucy, mirando los rápidos movimientos de sus relojes.

Despidieron a los dinosaurios, quienes se comprometieron a recordar siempre este día: la vez que tres pequeños amigos viajaron en el tiempo para ayudar a un tiranosaurio.

Con un nuevo sentido de amistad y aventura, los amigos regresaron a la máquina del tiempo y, tras accionar las palancas, volvieron a Aventura, justo a tiempo para la merienda.

"¿Se dieron cuenta de lo que hicimos? Nunca hay que subestimar la importancia de la amistad" - dijo Tato, mientras mordía una galleta.

"Y de ayudar a los demás" - agregó Juan, con una gran sonrisa en su rostro.

A partir de ese día, los tres amigos no solo se aventuraban en su imaginación, sino que también llevaban en su corazón la lección de que la amistad y el trabajo en equipo son las claves para enfrentar cualquier desafío, incluso en lugares sorprendentes como un jardín lleno de dinosaurios.

Y así, el Jardín de los Dinosaurios se volvió un lugar especial en la memoria de los tres amigos, recordándoles siempre que ayudar a los demás puede llevarte a vivir aventuras inolvidables.

FIN.

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