La Miss Menopausia y su llegada feliz



En un pequeño pueblo llamado Solembría, donde el sol siempre brillaba y las flores jamás dejaban de florecer, vivía una mujer llamada Lía. Lía siempre había sido una persona llena de energía y alegría, conocida por todos como la Miss Menopausia, aunque nunca le gustaba mucho ese apodo. Le gustaba pensarse como la Miss Nueva Vida, porque justo había comenzado una etapa nueva en su vida.

Un día, mientras paseaba por la plaza del pueblo, se encontró con sus amigas, las Flores Cantoras: Rosa, Margarita y Clavelina.

"¡Hola, Lía! ¿Cómo estás?" - preguntó Rosa.

" ¡Feliz! Estoy descubriendo tantas cosas nuevas. ¡Es como una segunda juventud!" - respondió Lía con una gran sonrisa.

"¿¿Pero qué es eso de la menopausia?" - preguntó Margarita, un poco confundida.

Lía decidió que era hora de explicarles de manera divertida.

"Es como si mi cuerpo estuviera haciendo un cambio, como una mariposa que sale de su capullo. A veces hay momentos que son un poco extraños, pero también vienen momentos bellos y divertidos."

Las flores se miraron intrigadas.

"¿Como cuáles?" - preguntó Clavelina.

Lía decidió llevarlas a su jardín, donde había estado plantando nuevas semillas.

"Miren, estas son mis nuevas semillas de girasoles. Al igual que la menopausia, al principio parecen pequeñas y frágiles, pero con amor y cuidado, crecerán fuertes y hermosas."

"¿Y cómo podemos cuidar de ellas?" - preguntó Margarita con curiosidad.

"Con agua, sol y mucho cariño. Y eso es lo que me estoy dando a mí misma en esta nueva etapa. Aprendo a cuidar de mi cuerpo y a escuchar mis emociones."

Las Flores Cantoras se sintieron inspiradas.

"¡Eso suena genial, Lía! Pero, ¿habrá momentos difíciles?" - preguntó Rosa.

"¡Claro que sí! Pero siempre podemos encontrar algo positivo. Una vez, cuando me sentía un poco melancólica, organicé un día de juegos en el parque. Ríe tanto que me olvidé de lo que me preocupaba. ¡La risa es un gran remedio!" - dijo Lía, recordando aquel día feliz.

Así, la Miss Menopausia les fue contando sobre sus nuevas pasiones: comenzó a bailar, a pintar y a dedicarse tiempo a sí misma.

"Tengo un club de baile con algunas amigas y hacemos una danza diferente cada semana. ¡Es maravilloso!" - afirmó Lía.

Las Flores Cantoras, fascinadas, decidieron unirse al club de baile.

"¡Pero no sé bailar!" - dijo Clavelina con timidez.

"¡No importa! Aquí no hay reglas, solo se trata de disfrutar y mover el cuerpo. Todos podemos encontrar nuestro ritmo. " - replicó Lía con entusiasmo.

Pasaron las semanas y el primer encuentro de baile llegó. Las flores estaban nerviosas, pero Lía les dio confianza.

"Recuerden: ¡se trata de soltarse y disfrutar!" - les animó.

El día del encuentro, el parque se llenó de risas, colores y mucho movimiento.

"¡Miren cómo giramos, como flores al sol!" - gritó Rosa entre risas.

"Sí! ¡Esto es más divertido de lo que pensé!" - exclamó Margarita mientras giraba.

Al final del día, todas estaban agotadas pero felices.

"Gracias, Lía, por mostrarnos el lado hermoso de este cambio. Ahora entendemos que la menopausia es solo una etapa que trae nuevas oportunidades" - dijo Clavelina con una sonrisa.

"¡Así es! Hay que vivir cada etapa con amor y alegría. ¡Porque la vida sigue siendo maravillosa!" - concluyó Lía, mientras ellas se abrazaban.

Y así, La Miss Menopausia llegó feliz a cada rincón del pueblo, compartiendo alegría y enseñando a todos que cada etapa de la vida tiene su belleza y su luz. Desde entonces, Solembría siempre fue un lugar donde se celebraba la vida, sin importar la edad.

Desde ese día, Lía y sus amigas aprendieron a disfrutar juntas cada momento, convirtiendo los cambios en oportunidades para bailar, reír y aprender. La Miss Menopausia les enseñó que siempre se puede encontrar algo bueno, incluso en los cambios más inesperados.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

FIN.

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