Las Aventuras de Román, Regina y Amparo con Flash



Era un día soleado en el barrio de Román, donde un suave viento acariciaba los árboles. Román, junto a sus hermanas Regina y Amparo, disfrutaban de su tiempo al aire libre. En el centro del jardín, su perro Flash correteaba de un lado a otro, lleno de energía.

"¡Mirá cómo corre!" - exclamó Regina, riéndose mientras Flash saltaba felices.

"Sí, parece que tiene un resorte en las patas" - respondió Amparo, tratando de imitar los saltos del perro.

"¡Vamos a jugar a atrapar la pelota!" - sugirió Román con una gran sonrisa.

Los tres se pusieron de acuerdo y Román lanzó la pelota lo más lejos que pudo. Flash, como un rayo, salió disparado tras la pelota.

"¡Vamos, Flash! ¡Atrápala!" - gritó Regina, animando al perro.

Flash trajo la pelota de vuelta en un instante, y los niños la lanzaron una y otra vez, riendo y disfrutando de su compañía. Pero pronto, el juego tomó un giro inesperado.

Mientras jugaban, un grupo de chicos del barrio se acercó. Algunos estaban montados en sus bicicletas, y otros corrían.

"¿Pueden jugar con nosotros?" - preguntó uno de los chicos, con una gran sonrisa.

"¡Claro!" - dijo Román "Podemos hacer un circuito de relevos con Flash".

Los niños acordaron formar equipos y cada uno se turnó para correr con Flash, que estaba encantado de tener más compañía. El primer equipo consistía en Román, Regina y un chico llamado Joaquín. El segundo equipo lo formaron Amparo y dos chicas que se habían acercado.

Sin embargo, mientras estaban en medio de la diversión, Amparo notó que Flash no regresaba.

"¿Dónde estará Flash?" - preguntó, un poco preocupada.

"Tal vez se perdió en el arbusto" - sugirió Joaquín, apuntando a un grupo denso de plantas en el rincón del jardín.

Todos se miraron con preocupación, así que se pusieron a buscarlo.

"Flash, ¡ven aquí!" - llamaron en coro.

Después de un par de minutos que parecieron horas, finalmente escucharon un ladrido lejano. Siguieron el sonido y encontraron a Flash atrapado en un pequeño montón de hojas.

"¡Pobre Flash!" - exclamó Román mientras se acercaba con cuidado "¡Vamos a ayudarte!"

Los niños colaboraron para liberar a Flash, quien, al estar libre, les dio un par de vueltas llenas de alegría.

"¡Gracias, chicos!" - dijo Amparo, abrazando a Flash con ternura. "No sé qué haríamos sin él".

"¡Esto es sólo un pequeño accidente! Ahora sabemos que debemos cuidar bien a nuestros amigos" - reflexionó Regina, sonriendo mientras acariciaba al perro.

Decidieron que sería un buen momento para hacer una pausa y hablar sobre la importancia de cuidar a los animales.

"¿Se acuerdan de lo que dijimos sobre el compromiso con nuestras mascotas?" - preguntó Román.

"Sí, Flash también necesita atención y si no lo cuidamos, podría hacerse daño" - añadió Amparo.

Los chicos del barrio escucharon atentamente y comenzaron a compartir sus propias experiencias sobre cómo cuidaban a sus mascotas. Con el tiempo, el jardín se llenó de risas y buenas ideas sobre cómo hacer realidad el cuidado responsable de los animales.

Finalizaron el día creando un pequeño cartel que decía: "Cuidar a nuestros amigos animals es parte de ser responsables". Todos firmaron el cartel y juntos lo colgaron en la verja del jardín de Román.

Desde ese día, se formó un grupo de amigos que se reunía bajo el lema de cuidar a sus mascotas, y cada fin de semana, hacían juegos y actividades dedicadas a la protección y bienestar de los animales. Flash se convirtió en el líder de su propia aventura.

Al caer la tarde, después de un día lleno de risas, diversión y mucho aprendizaje, Román miró a sus hermanas y a sus nuevos amigos, y exclamó:

"¡Hoy fue un día increíble! ¡Y ahora todos somos mejores amigos!"

"¡Sí!" - dijeron a coro todos los niños, mientras Flash ladraba feliz, como si entendiera todo lo que estaba sucediendo.

Y así, en un día lleno de aventuras, risas y aprendizaje, Román, Regina y Amparo junto a sus amigos, aprendieron una lección valiosa sobre la responsabilidad, el cuidado de los animales y la importancia de compartir momentos especiales con quienes amamos.

FIN.

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