Las decisiones del corazón



Era una tarde soleada en el Parque de la Amistad, donde Roxana y Luis jugaban en el coloquial tobogán, disfrutando de su noviazgo. Roxana era una chica dulce, de ojos brillantes y risa contagiosa. Luis, siempre risueño, la hacía sentir especial.

"¡Vamos a la montaña rusa!" - Propuso Luis, guiando a Roxana.

Sin embargo, algo cambió cuando Gustavo apareció. Era el chico nuevo del barrio, con una sonrisa que podía iluminar cualquier día gris. Cada vez que Roxana lo veía, su corazón latía más rápido.

Una tarde, mientras jugaban, Gustavo se acercó a dejar su enredo de cometas.

"¡Hola, Roxana!" - Dijo Gustavo.

"¡Hola, Gustavo!" - Respondió ella, sintiendo mariposas en su estómago.

Con cada encuentro, su amistad creció. Luis notó que algo pasaba y se sintió un poco celoso. Pero confiaba en que su relación se basaba en una linda amistad.

"Roxana, ¿todo bien?" - Preguntó Luis, un poco preocupado.

"Sí, todo bien... es solo que Gustavo es muy divertido" - Respondió ella.

Roxana vivía en la confusión. Le gustaba pasar tiempo con Gustavo, pero Luis siempre había estado allí para ella. Un día, mientras paseaban por el río, Gustavo se detuvo y la miró con seriedad.

"Roxana, me gusta mucho..." - Dijo Gustavo, ruborizándose.

El viento sopló y las hojas bailaron, creando una atmósfera mágica.

"Pero... tengo a Luis. Es mi novio..." - Dijo Roxana, con una voz temblorosa.

Finalmente, Roxana decidió ser honesta consigo misma. Conversó un día con su mamá sobre cómo se sentía.

"Mamá, hay algo en Gustavo que me atrae, pero sé que no te gusta..."

"Roxana, a veces el amor no es sencillo. Lo más importante es cómo te hacen sentir. No puedes negar lo que sientes, pero tampoco puedes lastimar a otros" - Respondió su mamá con preocupación.

Roxana planeó una reunión en el parque para hablar con ambos. Luis llegó primero, con una sonrisa amplia.

"¡Hola, amor! ¿Qué pasa? Te veo un poco inquieta" - Dijo Luis.

— "Quiero hablar sobre Gustavo…" - Esta vez, Roxana tomó aire.

Poco después, Gustavo llegó, un poco nervioso, pero decidido. Roxana se sintió intensa en ese momento.

"Gracias por venir. Quiero ser honesta. Me gustan las dos cosas, pero no quiero lastimarte, Luis" - Dijo Roxana, mirando a ambos.

Luis se quedó en silencio, pero su expresión mostró comprensión.

"Es natural sentir cosas por más de una persona. Tenés que seguir tu corazón. Si hay algo jodido en mi parte, lo entienderé" - Dijo él.

Gustavo sonrió tímidamente y se acercó.

"No quiero ser el motivo de un conflicto, quiero que todos estemos bien" - Dijo Gustavo sinceramente.

Roxana sintió el peso de la decisión. Se volvió hacia ambos.

"Me gustaría seguir conociendo a ambos. Pero tampoco quiero herir a nadie. Vamos a ser amigos y compartir momentos divertidos" - Propuso Roxana, tratando de hallar un camino.

A partir de ese día, los tres se volvieron inseparables. Cada uno de ellos aprendió a valorarse y respetar los sentimientos del otro. Jugaron, viajaron juntos y generaron lazos que nadie imaginó. Con el tiempo, Roxana entendió funciones claras: el amor puede crecer en diferentes formas y formas sin necesidad de dejar de ser amigos.

Así se fortalecieron, creando una hermosa amistad que enseñó que el amor nunca tiene que ser una competencia. Con corazones abiertos, aprendieron que el cariño puede ser flexible y que rodearse de amor es lo que realmente importa.

FIN.

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