Lluvia hermosa para descansar bien



En un pequeño pueblo llamado Sonrisas, donde los niños jugaban y las flores siempre estaban en flor, había una niña llamada Lila. Lila era conocida por su risa contagiosa y su espíritu aventurero. Pero había algo que la preocupaba: no podía dormir bien por las noches. Cada vez que se iba a la cama, su mente se llenaba de pensamientos y no lograba relajarse.

Una mañana, después de una noche sin dormir, Lila decidió salir a dar un paseo por el bosquecito cercano. Mientras caminaba, se encontró con su amigo, el pequeño gato Copito.

"Hola, Lila. ¿Por qué lucís tan cansada?" - preguntó Copito, estirando sus patitas.

"No puedo dormir bien, Copito. Tengo tantas cosas en mi cabeza que no me dejan descansar. Pienso en la escuela, en mis juegos y hasta en lo que haré mañana..." - contestó Lila con un suspiro.

Copito pensó por un momento y le dijo:

"Tal vez lo que necesites es un poco de ayuda mágica. He escuchado que la Lluvia de Sueños puede hacer que uno se relaje y tenga los sueños más bellos. Dicen que aparece cuando las nubes están más oscuras y el viento sopla fuerte."

Lila, intrigada, decidió que debería buscar esa Lluvia de Sueños. Entonces le preguntó a Copito cómo podía encontrarla.

"Vayamos juntos al Monte Susurro, donde se habla de que las nubes son más mágicas. Tal vez allí podamos encontrar la lluvia que buscas."

Así que los dos amigos partieron hacia el monte. En el camino, se encontraron con una tortuga sabia llamada Doña Tula.

"¿Adónde van, pequeños?" - preguntó Doña Tula, mirando a Lila y a Copito con curiosidad.

"Vamos en busca de la Lluvia de Sueños para que Lila pueda descansar bien. Necesitamos ayuda!" - respondió Copito con entusiasmo.

Doña Tula sonrió y dijo:

"La Lluvia de Sueños es especial, pero recuerda, no llega solamente porque la busques. Hay que ganársela. Tienes que descubrir qué es lo que realmente te preocupa y liberarlo de tu corazón."

Lila se sintió confundida. No estaba segura de cómo hacer eso, pero decidió intentarlo. Al llegar al Monte Susurro, el cielo había comenzado a oscurecerse, y el viento soplaba con fuerza. De repente, una lluvia suave empezó a caer, y las nubes comenzaron a brillar.

"¡Mirá!" - exclamó Lila, señalando las gotas que caían como pequeñas estrellas.

"Es la Lluvia de Sueños, Lila. ¡Vamos!" - dijo Copito con alegría.

Bajo la lluvia, Lila cerró los ojos y se concentró. Se dio cuenta de que sus preocupaciones eran iguales a nubes que la cubrían. Entonces, decidió soltar cada una de ellas.

"Me preocupa la escuela..." - murmuró, mientras respiraba profundamente. "Pero sé que puedo aprender y pedir ayuda. Suelto esa preocupación."

Las gotas de lluvia la rodearon y se sintió más ligera.

"También me preocupo por no jugar lo suficiente con mis amigos. Pero a veces puedo hacer tiempo para eso... ¡Suelto esa preocupación!" - continuó Lila con determinación.

Con cada preocupación que dejaba ir, se sentía más libre, como si las nubes oscuras se desvanecieran. Finalmente, soltó su última preocupación:

"No tengo que ser perfecta. Solo tengo que ser yo misma y disfrutar cada momento. ¡Suelto esa preocupación!"

En ese instante, la lluvia comenzó a brillar aún más, y una hermosa melodía resonó en el aire. Copito miró a Lila asombrado:

"¡Lo lograste! La Lluvia de Sueños viene a ti. Ahora solo disfruta de su abrazo."

Lila sonrió y sintió cómo el estrés y las dudas se deshacían, como si fueran agua que se evaporaba al sol. Cuando se dieron cuenta, la lluvia había cesado, y las nubes se dispersaron, dejando un cielo despejado y lleno de estrellas.

Ese día, Lila se sintió diferente. Había encontrado no solo la lluvia mágica, sino también una parte de sí misma que la ayudaría a descansar. Desde entonces, cada noche antes de dormir, recordaba soltar las preocupaciones, y así finalmente pudo descansar como nunca.

"Gracias, Copito. Ahora sé que puedo siempre encontrar la paz en mi corazón. ¡Eres un buen amigo!" - dijo con sinceridad.

"Y vos siempre serás mi valiente Lila. Ahora, ¡a descansar se ha dicho!" - respondió el pequeño gato, estirándose para dormir bajo el cielo estrellado.

Y así, en el pueblo de Sonrisas, la historia de la Lluvia de Sueños se convirtió en leyenda. Los niños aprendieron de Lila a liberar sus preocupaciones para poder descansar bien, al igual que ella. Y cada vez que escuchaban el suave sonido de la lluvia, recordaban que a veces, un pequeño cambio de perspectiva es todo lo que se necesita para dormir felices.

FIN.

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