Los Amigos del Patio



Era un día soleado en el colegio Mariposa, y el patio se llenaba de risas y gritos de niños que disfrutaban su recreo. Entre ellos estaban cinco amigos inseparables: Juani, Lía, Nico, Sofía y Tomás. Juntos compartían risas, juegos y aventuras todos los días.

"¡Vamos a jugar a la pelota!"- gritó Juani emocionado, mientras sacaba un balón de su mochila.

"Sí! Pero esta vez, ¡hagamos dos equipos y que gane el mejor!"- propuso Sofía, siempre lista para la competencia.

Al instante, los cinco amigos formaron dos equipos. Juani, Lía y Tomás en un lado, y Nico y Sofía en el otro. El juego comenzó con risas llenando el aire y cada uno dando lo mejor de sí.

Sin embargo, las cosas se pusieron tensas cuando Lía, intentando anotar un gol impresionante, empujó a Nico.

"¡Eh, eso no se vale!"- protestó Nico, mientras se frotaba el brazo.

"Lo siento, no fue mi intención!"- dijo Lía, realmente apenada, pero Nico estaba muy enojado.

"No, no te preocupes, no quiero seguir jugando contigo"- dijo Nico, alejado del grupo.

Los demás miraron a sus amigos, desconcertados.

"Chicos, somos un equipo. Lo importante es divertirnos juntos"- intervino Tomás.

"Sí, es cierto. Nadie quiere pelear en un juego"- añadió Sofía, acercándose a Nico.

Lía se acercó a él, expresando su arrepentimiento.

"Nico, por favor, ¿podés aceptar mis disculpas? Prometo que no volverá a pasar"- dijo con sinceridad.

"Me gustaría creerlo, pero me dolió que me empujaras"- contestó Nico, aún con la mirada en el suelo.

Los otros amigos decidieron intervenir.

"Hagamos una pausa. ¿Qué tal si compartimos ideas para mejorar el juego?"- dijo Juani, tratando de calmar la situación.

Después de unos minutos de reflexión, Lía, con su característico entusiasmo, lanzó una propuesta.

"¿Y si hacemos el juego más divertido? En vez de solo goles, podemos hacer desafíos como saltar o hacer piruetas. Así, todos podemos participar y no solo juega uno"- sugirió.

Nico pensó por un momento y luego sonrió.

"Me gusta la idea, así no solo somos ni un equipo sino un equipo de risas y diversión"- respondió, acercándose nuevamente al grupo.

"Entonces, ¡hagamos una ronda!"- exclamó Sofía, animada.

Al darse la mano, los cinco amigos decidieron probar el nuevo formato de juego, donde todos podían brillar. Risueños, comenzaron a realizar desafíos: saltar el balón, hacer piruetas y hasta contar chistes entre cada tiro. El recreo continuaba entre carcajadas.

Y durante esos momentos de juego, Lía se dio cuenta de lo importante que era para ella no solo divertirse, sino también cuidar los sentimientos de sus amigos.

"Chicos, creo que deberíamos organizarnos con estos desafíos cada semana. Será divertido y nos unirá aún más"- sugirió al finalizar el juego, viendo cómo todos parecían felices.

Los amigos estuvieron de acuerdo. Desde ese día, el patio del colegio Mariposa se llenó de desafíos y sonrisas. Los conflictos se fueron esfumando, y las peleas quedaron en el pasado, con el compromiso de siempre escuchar y cuidar unos a otros.

Y así, Juani, Lía, Nico, Sofía y Tomás aprendieron que la amistad no solo se trata de jugar, sino también de entenderse, apoyarse y, sobre todo, reír juntos.

Cada recreo se convirtió en una nueva aventura, donde compartir es el primer paso hacia la diversión y la felicidad en el patio del colegio.

FIN.

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