Nahiara y el Meteorito Mágico



En un pequeño pueblo de Argentina, vivía una niña llamada Nahiara. Era una niña especial, llena de amor y alegría, que todos los días iba al colegio con una gran sonrisa. A pesar de que a veces algunos niños no comprendían sus diferencias, Nahiara siempre encontraba la manera de ser su amiga, con una ternura que solo ella podía ofrecer.

Un día, mientras jugaba en el parque, un brillo en el cielo llamó su atención. Era un meteorito que caía a gran velocidad. Nahiara corrió hacia el lugar donde aterrizó. Al acercarse, se dio cuenta de que el meteorito era de colores luminosos y brillantes.

"¡Wow! ¿Qué será esto?" - exclamó Nahiara, maravillada.

Cuando tocó el meteorito, una energía suave la envolvió. Se sentía diferente, y de repente, su cuerpo comenzó a brillar. Un destello de luz la rodeó y las estrellas comenzaron a danzar a su alrededor.

De repente, Nahiara se dio cuenta de que había adquirido poderes mágicos. No solo podía volar, sino que también podía comunicarse con los animales y hacer que las plantas florecieran al instante.

Decidida a usar sus nuevos poderes para hacer del mundo un lugar mejor, Nahiara se convirtió en una superheroína: ¡Luz Inclusiva!"Tengo una misión, ayudar a que todos se sientan incluidos y valorados, sin importar sus diferencias" - pensó mientras volaba por el cielo.

En su primer encuentro, vio a un grupo de niños que estaban jugando a la pelotita. Nahiara se acercó volando.

"¡Hola! ¿Puedo jugar con ustedes?" - dijo entusiasmada.

Los niños se miraron, algo confundidos.

"Pero... no podemos jugar con vos, no sabemos si podés hacer las jugadas bien" - respondió uno de ellos, titubeando.

Nahiara sonrió y levantó las manos.

"¡Dejemos que mis poderes te demuestren lo que puedo hacer!" - gritó, y de inmediato hizo que el balón volara por el aire y realizara acrobacias sorprendentes.

Los niños quedaron boquiabiertos.

"¡Eso fue genial!" - gritó una niña.

"¿Puedes enseñarnos?" - preguntó otro, mientras se acercaban.

Así, Nahiara les enseñó a todos los niños a jugar juntos, sin importar sus diferencias. Se rieron y se divirtieron, creando una nueva amistad. Poco a poco, Nahiara fue conociendo a más y más personas.

Un día, mientras estaba en el parque, vio a un grupo de niños que estaban siendo excluidos por otros.

"¿Por qué no los dejan jugar?" - preguntó ella, volando hacia ellos.

"Porque no son como nosotros" - respondió un niño.

Nahiara sintió una punzada en el corazón.

"Pero cada uno de ustedes es especial. ¡Miren!" - dijo, y con sus poderes, hizo que un arcoíris brillante apareciera en el cielo, llenando el lugar de colores.

Todos los niños miraron con asombro, y Nahiara les habló sobre la importancia de valorar a cada uno por lo que son, sin importar sus diferencias.

"La inclusión hace que el mundo sea más bonito. Todos merecen un lugar donde sentirse felices" - dijo, mientras sonreía.

Los niños comenzaron a entender. Uno de ellos, que había sido el más rudo, se acercó a Nahiara y dijo:

"Lo siento, no debimos dejar de lado a esos chicos. Podemos ser amigos de todos."

Y así, los niños se unieron en un gran círculo, invitando a los que habían quedado al margen a unirse al juego.

Sin embargo, no todo sería fácil. Un oscuro villano conocido como el Señor Desprecio aparecía en el horizonte, decidido a sembrar la discordia y hacer que la discriminación reinara en el pueblo.

"¿Qué creen que pueden hacer? ¡No puedo permitir que todos sean amigos!" - gritó el Señor Desprecio, con una risa malvada.

Nahiara, transformada en Luz Inclusiva, se plantó firme frente a él.

"¡No dejaremos que la inclusión se apague!" - le desafió con valentía.

Se inició una batalla épica. El aire se llenó de luz y color, y con cada rayo de amor que lanzaba Nahiara, el Señor Desprecio retrocedía. Finalmente, con un clamor de todos los niños apoyándola, Nahiara hizo chocar su luz contra la oscuridad del villano.

"¡La inclusión gana!" - gritaron juntos.

El Señor Desprecio se desvaneció en un torbellino de sombras, y desde ese día, el pueblo celebró la diversidad y la amistad.

Nahiara, con sus poderes y su gran corazón, había logrado unir a todos, demostrando que ser diferente es una fortaleza, y que juntos pueden luchar contra la discriminación, compartiendo risas y abrazos.

"Juntos brillamos más!" - decía Nahiara con cada nuevo amigo que hacía, mientras el viento soplaba suavemente, trayendo consigo el aroma de un futuro lleno de amor y respeto.

FIN.

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