Noah y la Aventura del Arco Iris



Era un hermoso día en un pequeño barrio de Buenos Aires, donde vivía Noah, un niño de dos añitos y siete meses que siempre llevaba una sonrisa en su pequeño rostro. Noah era un niño muy especial; a pesar de su corta edad, irradiaba alegría y amor a su alrededor. Su risa era como un eco que llenaba de luz el hogar de su familia.

Un día, mientras jugaba en el parque con su papá, Noah miró al cielo y notó algo brillante que le llamó la atención.

"¡Mira, papá! ¡Un arco iris!" - exclamó Noah, señalando con su manita hacia el cielo.

"Es verdad, Noah. ¡Es hermoso! ¿Sabés qué?" - respondió su papá sonriendo. "Los arcos iris aparecen cuando el sol brilla y la lluvia se va, parece que son puentes mágicos de colores en el cielo".

La curiosidad de Noah creció. "¿Podemos ir a ese puente?" - preguntó con sus ojos llenos de emoción.

"No sé si podemos ir a ese puente, pero podemos buscar lo que hay al final de su camino" - dijo su papá. Ambos decidieron que sería una gran aventura buscar el final del arco iris.

Tomaron sus zapatitos y salieron en busca del mágico arco iris. Caminando y saltando por el parque, Noah se encontró con su amiga Lía, que también tenía un brillo especial en sus ojos.

"¡Hola, Noah! ¿Adónde vas con tu papá?" - preguntó Lía, inquieta.

"Vamos a buscar el final del arco iris. ¿Te querés venir?" - propuso Noah emocionado.

"Sííí!" - gritó Lía, saltando de alegría.

Caminando con los dos pequeños, el papá de Noah les contó historias sobre los colores del arco iris. "Cada color tiene un significado especial: el rojo es por la energía, el naranja por la creatividad, el amarillo por la felicidad..." - explicó con entusiasmo. Los niños escuchaban con atención, sus corazones llenos de alegría.

De repente, comenzaron a notar que el camino se volvía más y más colorido. "¡Mirá, papá! Todo se vuelve de color!" - dijo Noah al ver flores rojas, naranjas, amarillas, verdes y azules. Cada paso era un color diferente.

"¿Qué tal si hacemos un juego?" - sugirió su papá. "Podemos elegir el color que más nos gusta y bailar en ese lugar".

Noah, entusiasmado, eligió el verde.

"¡Yo quiero bailotear en el verde!" - gritó.

Así, todo el mundo comenzó a bailar alrededor de unas hermosas plantas verdes.

"¡Vamos, Lía! ¡A bailar!" - decía Noah mientras giraba con alegría.

Mientras danzaban, el viento sopló suavemente y un pequeño ave colorida se acercó.

"¡Hola, amigos!" - dijo el pajarito. "¿Qué están haciendo?"

"Buscamos el final del arco iris." - respondió Noah.

El pajarito, emocionado, les dijo: "Tal vez los pueda ayudar. he oído que algunos duendes del bosque quizás tengan algo que ver con el arco iris."

Intrigados, Noah y Lía decidieron seguir al pajarito por un sendero que los llevaba hacia el bosque. Mientras caminaban, se topaban con maravillas de la naturaleza: mariposas de mil colores, árboles altos que susurraban historias y ríos cristalinos que refllejaban el cielo.

Finalmente, llegaron a un claro donde un grupo de duendes pequeños estaba jugando y más colores brillaban alrededor.

"¡Hola!" - dijo un duende que estaba haciendo malabares con flores. "¿Qué los trae por aquí?"

Noah, con su carita llena de asombro, contestó: "Estamos buscando el final del arco iris. ¿Lo han visto?"

Uno de los duendes se acercó "El final del arco iris no es un lugar, amigos. Es una experiencia. Es el amor y la amistad que compartimos con quienes nos rodean!"

Noah y Lía se miraron, comprendiendo lo que el duende quería decir.

"Entonces, ¿la aventura fue el viaje?" - preguntó Noah.

El duende sonrió y asintió. "Exacto, pequeño. Y recordá siempre que cualquier lugar puede ser mágico si estás con amigos que te quieren."

Después de decir adiós a los duendes, Noah y Lía volvieron con su papá, quién los esperaba bajo un árbol gigante, listos para regresar a casa.

"¿Encontraste lo que buscabas?" - preguntó su papá.

"Sí, papá. ¡El arco iris está en nuestros corazones!" - exclamó Noah.

Y así, con la risa de sus corazones y los colores del arco iris dibujados en sus recuerdos, Noah, Lía y su papá regresaron a casa, listos para más aventuras juntos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!