Susi y el Mundo de las Sorpresas



Había una vez, en un barrio pintoresco, una niña curiosa llamada Susi. A Susi le encantaba jugar al aire libre y explorar nuevos lugares. Un día, mientras paseaba por el parque, se dio cuenta de que había un camino cubierto de hojas brillantes que nunca había visto antes. Intrigada, decidió seguirlo.

Mientras Susi caminaba por el sendero, notó que a su alrededor todo estaba lleno de palabras que empezaban con la letra 's'. Las nubes en el cielo formaban la palabra —"soledad" , y el sol brillaba con fuerza, como un inmenso —"sonrisa"  dorada. Susi no podía creer lo que veía.

- Wow, ¡esto es asombroso! - exclamó emocionada.

Al seguir explorando, llegó a un claro donde encontró a un simpático sapo que llevaba un sombrero.

- Hola, pequeña aventurera. Yo soy Sapo Salomón. Bienvenida al Mundo de las Sorpresas. - dijo el sapo.

- ¡Hola, Salomón! ¿Por qué hay tantas palabras aquí? - preguntó Susi.

- Este es un lugar mágico donde las palabras viven y juegan. Aquí, las palabras son quienes dan vida a las cosas. - explicó Salomón.

Susi se emocionó aún más y comenzó a correr por el prado, leyendo en voz alta cada palabra que encontraba. —"Silla" , "sandía", "sueño", ¡hay tantas! - dijo, mientras saltaba de felicidad.

De repente, una brisa suave trajo consigo a una mariposa llamada Sofía.

- ¡Hola, Susi! - saludó Sofía, revoloteando alrededor. - Ven, tengo algo especial para mostrarte.

Susi la siguió hasta un árbol enorme cuyas hojas estaban llenas de palabras que empezaban con —"s" . Sofía le explicó que ese árbol era el "Secreto de Susi", donde todos los sueños de los niños se almacenan con palabras que empiezan con 's'.

- Pero, ¡hay un problema! - dijo Sofía, con voz preocupada. - Algo ha pasado, y el árbol ha perdido su brillo. Las palabras se están desvaneciendo y necesitamos tu ayuda.

- ¿Cómo puedo ayudar? - preguntó Susi, dispuesta a hacer lo que fuera necesario.

- Necesitamos que escríbás nuevas palabras mágicas que comiencen con 's'. - dijo Sofía.

Susi miró a su alrededor y tuvo una gran idea. - Puedo escribir sobre todas las cosas que me gustan: —"sonrisas" , "sueños", —"sonidos" , ¡y hasta —"sorpresas" ! -

Susi se sentó bajo el árbol y comenzó a escribir en la tierra con su dedo. Poco a poco, cada palabra que escribía hacía que el árbol resplandeciera de nuevo.

- ¡Mirá! - gritó Salomón mientras el árbol adquiría un brillo radiante. - ¡Cada palabra que escribís es como una semilla que hace crecer al árbol!

- ¡Es como si las palabras fueran flores! - exclamó Susi, encantada.

En poco tiempo, el árbol volvió a brillar con toda su fuerza, y las palabras que rodeaban a Susi comenzaron a revolotear a su alrededor, formando un hermoso arcoíris de letras.

- ¡Lo logramos! - exclamó Sofía, danzando feliz. - Gracias a vos, el árbol está lleno de luz nuevamente.

- ¡Qué hermoso! - respondió Susi, sintiéndose orgullosa. - Este lugar es mágico, y siempre me recordaré de lo importante que son las palabras.

De regreso a casa, Susi prometió seguir escribiendo palabras bellas y compartiéndolas con todos sus amigos. Sabía que en cada palabra había magia, y que cada una de ellas podía iluminar el mundo.

Y así, Susi se convirtió en la gran contadora de cuentos del barrio, llenando de —"s"  su vida y la de quienes la rodeaban. Y cada vez que escuchaba la palabra —"sorpresas" , recordaba su maravillosa aventura y la magia que había encontrado en el Mundo de las Sorpresas.

FIN.

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