Un Perro en Rusia



Era un soleado día en Rusia y animal, un perro amable y curioso, decidió que quería vivir una aventura. Con su cola moviéndose de un lado a otro, salió de su casa y se dirigió a la ciudad.

Primero, llegó al cine. Al entrar, se dio cuenta de que todos lo miraban sorprendidos.

"¡Miren, un perro en el cine!" - exclamó una niña.

"¿Puede un perro ver una película?" - preguntó un niño con una bolsa de palomitas.

animal movió su cola emocionado y se sentó en una de las butacas. La película comenzaba y la historia era de un valiente perro que salvaba a su mejor amigo. Era tan entretenida que todos se olvidaron de que animal había entrado al cine.

Al final, la gente aplaudió y animal se sintió muy feliz. Pero de repente, un hombre del cine se acercó y dijo:

"¡No puedes estar aquí!" - estaba muy serio.

animal se sintió un poco triste, pero comprendió que no podía quedarse en el cine. Así que salió y pensó en su siguiente aventura: la escuela.

Cuando llegó, vio a los niños jugando en el patio.

"¡Hola, perro!" - gritó una niña "¡Ven a jugar con nosotros!"

"¡Sí, ven!" - dijo otra.

animal corrió hacia ellos, su cola agitándose. Pero la maestra apareció y dijo:

"Chicos, no pueden jugar con un perro en la escuela. Esto no es un lugar para animales."

Los niños se miraron tristes y animal también. Se despidió con un ladrido suave y siguió su camino hacia la plaza.

Al llegar a la plaza, vio un grupo de niños jugando a la pelota. animal se unió, corriendo en círculos alrededor de ellos. Pero cuando trató de atrapar la pelota, se la llevó un viento fuerte, y todos corrieron detrás de ella.

"¡Ahí va la pelota!" - gritó un niño.

Cuando finalmente la atraparon, uno de los niños dijo:

"¡Gracias, animal! Nos ayudaste a encontrarla."

animal estaba contento y, aunque no lo dejaron quedársela, se sintió parte del grupo. Se sentó a descansar y los niños se le acercaron.

"¿Cómo te llamás?" - preguntó una niña.

"Se llama animal y es nuestro amigo" - dijo otro.

Mientras jugaban, un anciano que estaba en un banco cercano les habló.

"Saben, chicos, a veces los lugares que creemos que no son para nosotros son los mejores. animal nos enseñó que todos podemos ser parte de algo especial, sin importar nuestra especie."

Todos los niños asintieron, y animal movió la cola contento. La tarde pasó volando, llena de risas y juegos. Al atardecer, animal, cansado pero feliz, decidió regresar a su hogar.

Mientras caminaba, pensaba en lo que había vivido. Había descubierto que, a pesar de los retos, siempre podía encontrar la manera de ser incluido y divertir a los demás.

"Volveré a jugar con los niños, y quizás, la próxima vez, me dejen entrar a la escuela o al cine" - se prometió a sí mismo.

animal sabía que tenía un gran corazón y, con un poco de suerte, podría llevar su alegría a todos los lugares donde fuese. Y así, con su espíritu aventurero, volvió a su casa, soñando con nuevas y emocionantes aventuras.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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