A Day of Adventure


Había una vez un niño llamado Leonel que estaba muy emocionado porque era su primer día de jardín de infantes. Se levantó temprano, se vistió con su uniforme escolar y desayunó rápidamente para no llegar tarde.

Cuando Leonel estaba por salir de casa, su mamá le dijo: "Hoy tu papá te va a llevar al jardín de infantes". Leonel se sorprendió, ya que siempre era su mamá quien lo llevaba a la escuela.

Pero decidió confiar en su papá y esperar una gran aventura. Papá llegó en el auto y ambos se subieron emocionados. Mientras conducían hacia el jardín de infantes, Leonel le preguntó a su papá: "¿Cómo será mi nuevo colegio? ¿Tendré muchos amigos?".

Su papá sonrió y respondió: "Estoy seguro de que tendrás un montón de amigos y te divertirás mucho en el jardín. Además, aprenderás cosas nuevas todos los días".

Cuando llegaron al jardín, Leonel sintió un poco de nerviosismo pero también mucha emoción. Su papá lo acompañó hasta la puerta del salón y saludaron a la maestra, la señorita Ana. "¡Hola! Soy Leonel", dijo el niño tímidamente.

La señorita Ana le dio una cálida bienvenida y le presentó a sus nuevos compañeros de clase. Todos eran muy amigables y pronto comenzaron a jugar juntos. El día pasaba volando mientras los niños disfrutaban jugando en el patio y realizando actividades divertidas dentro del salón.

A medida que las horas iban pasando, Leonel se dio cuenta de que su papá todavía estaba allí. "¿Papá, por qué no te vas a trabajar?", preguntó Leonel curioso.

Su papá sonrió y le respondió: "Hoy decidí quedarme contigo un rato más para asegurarme de que estés cómodo y feliz en tu nuevo colegio". Leonel se sintió muy especial al saber que su papá había hecho ese esfuerzo solo para él.

Eso hizo que se sintiera aún más seguro y confiado en su primer día de jardín. Después de pasar un tiempo jugando juntos, la señorita Ana sugirió a los padres que era hora de despedirse. Papá abrazó a Leonel y le dijo: "Estoy orgulloso de ti, hijo.

Disfruta tu día en el jardín y sé amable con tus amigos". Leonel asintió con una gran sonrisa y dijo: "Gracias, papá. Te quiero mucho".

Con lágrimas en los ojos pero con alegría en el corazón, papá dejó a Leonel en manos de la señorita Ana. El niño se acercó rápidamente a sus nuevos amigos y comenzaron a jugar como si siempre hubieran sido compañeros inseparables.

A lo largo del día, Leonel aprendió muchas cosas nuevas sobre números, letras y colores. También descubrió lo divertido que podía ser compartir momentos especiales con sus compañeros de clase. Cuando llegó la hora de irse, Leonel corrió hacia su papá emocionado para contarle todas las aventuras del día.

Papá escuchaba atentamente cada palabra mientras conducían camino a casa. Esa noche, Leonel se acostó en su cama con una sonrisa en el rostro.

Sabía que su primer día de jardín había sido un éxito gracias a la compañía y apoyo de su papá. Desde ese día, Leonel y su papá siguieron teniendo momentos especiales juntos. A veces, papá lo llevaba al parque después del colegio o le leía cuentos antes de dormir.

Leonel siempre recordaría aquel primer día de jardín como uno lleno de emociones y amor. Y sabía que siempre podría contar con su papá para acompañarlo en cada nueva aventura que la vida le trajera.

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