A Jose no le gusta bañarse



Había una vez en un pequeño pueblo, un niño llamado Jose que tenía un grave problema: ¡no le gustaba bañarse! Cada vez que llegaba la hora del baño, Jose ponía caras largas y se escondía bajo la cama. Su mamá intentaba convencerlo con dulces, juguetes y promesas de diversión, pero Jose siempre encontraba una excusa para evitar el agua. Un día, cansada de la situación, su mamá decidió buscar una solución. Consultó con la abuela, quien le contó sobre el poder del aprendizaje a través del juego.

- 'Jose, tengo una idea genial', dijo su mamá con entusiasmo. 'Vamos a convertir el baño en un lugar divertido y emocionante. ¿Quieres participar en retos y juegos mientras te bañas?'

Jose, curioso por la propuesta, aceptó sin dudarlo. Esa misma noche, su mamá preparó el baño con burbujas, colores y juguetes acuáticos. Jose, aún escéptico, se adentró en la bañera y comenzó a jugar con los juguetes mientras se lavaba. Poco a poco, el agua tibia y las risas transformaron su percepción sobre el baño. La mamá de Jose se unió a la diversión, convirtiendo cada jornada de baño en una aventura única.

Con el tiempo, Jose dejó de esconderse al llegar la hora del baño. Descubrió que podía disfrutar del agua, la espuma y los juegos acuáticos. Su mamá y él inventaron nuevas formas de convertir la higiene en una actividad emocionante, y pronto, Jose se convirtió en el defensor número uno del baño divertido. Había aprendido que hasta las tareas más sencillas pueden ser gratificantes si se abordan con creatividad y diversión.

FIN.

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