A Musical Journey to Save the Sea
Había una vez un niño llamado Tomás, que vivía cerca de la playa. Desde muy pequeño, le encantaba salir en las noches a la playa para escuchar música.
Armaba su radio portátil y se sentaba en la arena, disfrutando de los sonidos del mar mientras tarareaba sus canciones favoritas. Una noche, mientras Tomás estaba en su lugar habitual, escuchó un ruido extraño proveniente de las rocas cercanas.
Se acercó con curiosidad y encontró a una pequeña tortuga atrapada entre las piedras. Sin dudarlo, Tomás liberó a la tortuguita y la llevó hasta el agua. La tortuga miró a Tomás con gratitud y dijo: "¡Muchas gracias por salvarme! Soy Tito, el guardián de este tramo de playa.
Como muestra de mi gratitud, te concederé un deseo". Tomás quedó sorprendido por lo que acababa de oír y pensó durante unos segundos antes de responder: "Quiero aprender más sobre el océano y cómo cuidarlo".
Tito sonrió y asintió: "Tu deseo será concedido. A partir de ahora seremos amigos y juntos descubriremos todos los secretos del mar". A partir de ese día, Tomás pasaba todas sus tardes libres junto a Tito explorando la playa.
Descubrieron corales coloridos, peces exóticos e incluso nadaron junto a unas simpáticas focas. Un día, mientras recogían basura que había llegado a la orilla del mar debido al descuido humano, vieron algo brillante enterrado en la arena.
Era una botella con un mensaje adentro. Tomás sacó el mensaje y lo leyó en voz alta: "¡Ayuda! El mar está enfermo y necesita nuestra ayuda. Únanse a la campaña "Limpiemos nuestras playas"".
Tomás miró a Tito y supieron que debían hacer algo al respecto. Decidieron organizar una limpieza masiva de la playa, invitando a todos los niños del lugar a unirse. El día de la limpieza, cientos de niños llegaron con guantes y bolsas para reagarrar la basura.
Juntos, trabajaron arduamente hasta que toda la playa estuvo limpia y reluciente. Después de terminar, Tomás se dirigió frente a todos los niños presentes: "Hoy hemos hecho una gran diferencia en nuestro mar y demostramos que podemos cuidarlo entre todos.
Sigamos trabajando juntos para mantener nuestras playas limpias". Los niños aplaudieron emocionados y prometieron continuar su labor de cuidado del medio ambiente. Desde ese día, Tomás se convirtió en un líder inspirador para su comunidad.
Con el tiempo, más personas se unieron a las campañas de conservación ambiental lideradas por Tomás y Tito. La playa volvió a ser un lugar hermoso donde las familias podían disfrutar sin preocuparse por la basura o el daño al ecosistema marino.
Y así fue como gracias al amor por la música de Tomás, descubrió su pasión por el océano y se convirtió en un defensor incansable del medio ambiente junto a su amigo Tito, demostrando que cada uno puede marcar la diferencia cuando trabaja en equipo.
Desde entonces, todas las noches después de escuchar música en la playa, Tomás agradecía a Tito por haberlo guiado hacia su propósito y juntos soñaban con un mundo donde el mar siempre estuviera limpio y protegido.
FIN.