Abeja, Jirafa y el Poder de la Amistad
Había una vez en la selva un grupo de animales muy curiosos y divertidos. Entre ellos se encontraban Abeja, Jirafa y Agua.
Abeja era una abejita muy trabajadora y siempre estaba revoloteando de flor en flor reagarrando néctar para hacer miel. Jirafa era el animal más alto de la selva, con su largo cuello que le permitía alcanzar las hojas más altas de los árboles.
Y Agua, bueno, Agua era un río cristalino que fluía por toda la selva llevando vida a cada rincón. Un día soleado, mientras Abeja volaba de flor en flor, se topó con Jirafa que estaba estirándose para comer hojas frescas del árbol más alto.
"¡Hola Jirafa! ¿Qué estás haciendo?"- preguntó Abeja curiosa. "Hola Abeja. Estoy buscando comida en lo alto del árbol porque aquí abajo ya no hay nada"- respondió Jirafa con tristeza. Abeja pensó durante unos segundos y tuvo una idea brillante.
"¡Espera un momento! Si tú eres tan alta y yo puedo volar, podríamos ayudarnos mutuamente. "Jirafa levantó sus enormes ojos hacia Abeja confundida.
"¿Cómo podríamos hacer eso?"Abeja sonrió y explicó su plan: "Mientras yo recojo néctar de las flores, puedo buscar también frutas jugosas para ti en los árboles bajitos. Y tú, querida amiga jirafa, puedes usar tu largo cuello para alcanzar las hojas verdes que están más arriba para mí. Así, los dos tendremos suficiente comida.
"Jirafa se emocionó con la idea y aceptó encantada: "¡Me parece una excelente idea, Abeja! Juntos podemos lograr cosas maravillosas.
"Y así comenzaron a trabajar juntos, Abeja volando de flor en flor y buscando frutas para Jirafa, mientras que Jirafa estiraba su cuello alto para alcanzar las hojas más altas del árbol y compartirlas con Abeja. Pero un día, cuando Abeja estaba volando cerca del río Agua, algo inesperado ocurrió.
Por accidente, Abeja cayó al agua y empezó a luchar por mantenerse a flote. "¡Ayuda! ¡No sé nadar!"- gritaba desesperada Abeja mientras el agua la arrastraba. Afortunadamente, Agua estaba allí para ayudarla. Se movió rápidamente creando olas que empujaron a Abeja hacia la orilla segura.
Abeja salió empapada pero feliz de estar a salvo gracias a Agua. "Gracias Agua. Me salvaste la vida. "Agua sonrió amablemente y respondió: "Estamos aquí para cuidarnos mutuamente en esta selva.
Todos tenemos habilidades únicas que podemos compartir para ayudarnos unos a otros". Abeja reflexionó sobre lo sucedido y entendió una valiosa lección: todos los animales tienen algo especial que pueden ofrecer al mundo si trabajan juntos.
Desde ese día en adelante, Abeja siguió recolectando néctar dulce de las flores mientras Jirafa se alimentaba de las frutas que Abeja le llevaba. Y siempre, Agua fluía por toda la selva, nutriendo a los animales y recordándoles la importancia de cuidarse unos a otros.
Y así, gracias a su cooperación y amistad, Abeja, Jirafa y Agua vivieron felices en la selva compartiendo sus habilidades para el bienestar de todos.
FIN.