Abejita Haragana y la Serpiente Trabajadora



En un hermoso jardín, vivía una dulce abejita llamada Agustina. A diferencia de sus amigas abejas, a Agustina le gustaba tomarse su tiempo para hacer las cosas y a menudo prefería descansar en lugar de trabajar. Un día, mientras paseaba por el jardín, se encontró con una serpiente llamada Martina. Martina era conocida por ser una de las serpientes más trabajadoras del jardín, siempre ocupada en cuidar las plantas y ayudar a los demás animales.

Agustina y Martina se hicieron amigas, a pesar de sus diferencias. Un día, Agustina le dijo a Martina: "¿Por qué trabajas tanto? Yo prefiero disfrutar de la vida sin preocupaciones". Martina le respondió: "Trabajar me hace feliz. Me encanta ver crecer las plantas y ayudar a los demás. ¿Por qué no pruebas a hacer algo que te haga feliz?". Agustina se sorprendió, nunca nadie le había sugerido algo así.

Decidida a probar algo nuevo, Agustina se propuso encontrar algo que le apasionara. Comenzó a ayudar a las otras abejas con tareas pequeñas, como recoger néctar o cuidar las larvas. Poco a poco, descubrió que disfrutaba ayudando y se sentía bien consigo misma. Las otras abejas notaron el cambio en Agustina y la animaron a seguir.

Por otro lado, Martina también quería probar algo nuevo, algo que le permitiera relajarse y disfrutar de la vida de manera diferente. Decidió tomarse un descanso y disfrutar de la belleza del jardín sin tener que preocuparse por el trabajo por un día. Descubrió que permitirse un momento de relajación también era importante para recargar energías.

Con el tiempo, Agustina se convirtió en una abeja trabajadora y dedicada, encontrando la felicidad en ayudar a los demás. Martina aprendió a equilibrar su trabajo con momentos de descanso y disfrute del jardín. Juntas, demostraron que cada uno puede encontrar su propio camino hacia la felicidad, y que es importante probar cosas nuevas para crecer y desarrollarse.

El jardín floreció con la diversidad de enfoques de Agustina y Martina, y todos los animales admiraron la amistad y el aprendizaje mutuo que se desarrolló entre la abejita haragana y la serpiente trabajadora.

FIN.

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