Abigail y la Misión Estelar
En un pequeño barrio de Buenos Aires, vivía una niña de seis años llamada Abigail. Tenía una imaginación desbordante y un amor incondicional por las estrellas. Cada noche, se sentaba en el jardín de su casa con su telescopio y se perdía en la inmensidad del universo. Una noche, mientras observaba el cielo, vio una estrella que brillaba más que las demás.
"- ¡Mamá! ¡Mirá esa estrella! Parece que me está llamando!" - exclamó Abigail con sus ojos brillantes.
"- Esa estrella es muy especial, Abigail. Dicen que los que se atreven a soñar pueden alcanzar lo que deseen." - respondió su mamá con una sonrisa.
Desde ese momento, Abigail decidió que quería hacer una aventura espacial. Ella misma quería volar hacia esa estrella. Así que una mañana, mientras jugaba en su parque favorito, encontró un cohete de cartón abandonado.
"- ¡Qué increíble! ¡Voy a reparar este cohete!" - pensó, emocionada.
Comenzó a dibujar y a construir su nave con todo lo que podía encontrar: cajas de cartón, globos, pinturas y un montón de estrellas de papel. Sus amigos, Mateo y Lucía, la miraban de lejos.
"- ¡Abigail! ¡Eso no va a funcionar!" - dijo Mateo, riéndose.
"- ¡Claro que sí! Solo hace falta ser valiente y creer en uno mismo!" - contestó ella, con la cabeza en alto.
Después de semanas de trabajo, el cohete quedó listo. Era colorido y lleno de dibujos de planetas. La mañana del lanzamiento, los niños del barrio vinieron a ver.
"- ¡3, 2, 1... ¡despegue!" - gritó Abigail, mientras se subía a su cohete de cartón.
Y, en su imaginación, ¡despegó hacia el espacio! En su viaje, conoció a un simpático alienígena llamado Zippy, que estaba atrapado en una nube de polvo estelar.
"- ¡Ayuda! No puedo salir de aquí!" - gritó Zippy, con ojos grandes y verdes.
"- No te preocupes, Zippy. ¡Te voy a ayudar!" - dijo Abigail, valiente.
Utilizando su ingenio, comenzó a pensar en cómo liberar al alienígena. Se acordó de que los globos de su cohete podían explotar y crear una corriente de aire.
"- ¡Voy a usar los globos!" - exclamó.
Y así, lanzó todos los globos al aire. La presión hizo que la nube de polvo se dispersara, permitiendo que Zippy escapara.
"- ¡Gracias, Abigail! Eres muy valiente!" - dijo Zippy, saltando de alegría.
Pero de repente, un asteroide apareció en el camino de Abigail. No había tiempo que perder.
"- ¡Zippy! ¡Ayúdame a esquivarlo!" - gritó, mientras su corazón latía rápido.
"- Claro, ¡sigamos juntos!" - respondió Zippy, ayudando a Abigail a maniobrar el cohete.
Con un poco de coordinación y valentía, lograron esquivar el asteroide y, con eso, se hicieron grandes amigos. Juntos, llegaron a la estrella que tanto había brillado para Abigail.
"- ¡Lo hicimos, Zippy! ¡Llegamos!" - dijo Abigail, maravillada.
"- Eres una verdadera heroína, Abigail. Nunca olvides que con valor y amistad, puedes lograr lo que te propongas." - le respondió Zippy, dándole un abrazo.
Finalmente, Abigail regresó a su casa, donde todos la esperaban. Aunque solo había sido un viaje imaginario, se sintió más valiente.
"- ¿Vieron? ¡El valor y la amistad pueden llevarnos a las estrellas!" - dijo, emocionada.
Y así, desde ese día, Abigail no solo miraba las estrellas, sino que también sabía que tenía el poder de hacer realidad sus sueños, siempre que tuviera coraje y amigos que la apoyaran.
FIN.