Abrazos de Abuelos



Carlos se levantó de un salto de la cama al escuchar la noticia. La emoción lo invadió por completo, ¡iba a ver a sus abuelitos! Hacía tanto tiempo que no los veía que sentía mariposas en el estómago.

Rápidamente se vistió y preparó su mochila con sus juguetes favoritos. No podía esperar para abrazar a sus abuelitos y contarles todas las aventuras que había vivido desde la última vez que los vio.

El viaje en auto hasta la casa de los abuelos fue largo, pero Carlos no se cansaba de mirar por la ventana, emocionado por lo que le esperaba. Finalmente llegaron y Carlos corrió hacia la puerta, ansioso por reencontrarse con ellos.

Al entrar, sus abuelitos lo recibieron con una sonrisa cálida y amorosa. Carlos sintió una felicidad inmensa al estar entre sus brazos nuevamente. Pasaron horas juntos, compartiendo risas, historias y juegos.

"Abuelita, ¿me contás otra vez aquella historia del hada mágica?" -pidió Carlos emocionado. "¡Claro que sí, mi niño!" -respondió su abuela con ternura mientras lo acurrucaba en su regazo. La tarde pasó volando entre juegos, canciones y cuentos.

Carlos estaba extasiado de felicidad al poder disfrutar de ese momento tan especial con sus queridos abuelitos. Se dio cuenta de lo importante que era pasar tiempo con quienes más queremos y valorar cada instante juntos.

Al caer la noche, Carlos se quedó dormido en el regazo de su abuela, sintiéndose seguro y amado. En ese momento supo que el amor de su familia era el tesoro más grande que tenía en su vida.

Al día siguiente, cuando llegó el momento de despedirse, Carlos sintió un nudo en la garganta. Sabía que volvería a ver a sus abuelitos pronto, pero igualmente le costaba separarse de ellos. "No llores mi niño", dijo su abuela secándole las lágrimas con ternura. "Siempre estaremos aquí para ti".

Carlos se despidió con un fuerte abrazo y una sonrisa en el rostro. Mientras se alejaban en el auto rumbo a casa, miraba por la ventana recordando cada momento vivido junto a sus amados abuelitos.

Sabía entonces que esos recuerdos perdurarían para siempre en su corazón como un tesoro invaluable lleno de amor y felicidad.

FIN.

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