Abrazos entre flores



Había una vez una niña llamada María y su abuela, Doña Rosa.

María amaba a su abuela más que nada en el mundo, y cada año, por el cumpleaños de María, Doña Rosa le preparaba la tarta más deliciosa que se pueda imaginar. Sin embargo, había algo diferente este año. La abuela Doña Rosa comenzó a olvidar cosas debido a una enfermedad llamada Alzheimer.

Aunque esto entristecía a María, ella decidió hacer todo lo posible para ayudar a su abuela a recordar las cosas más importantes. Un día, mientras María estaba jugando en el jardín con su muñeca favorita, vio cómo un pajarito construía un nido en un árbol cercano.

Corrió emocionada hacia su abuela y le dijo: "¡Abuelita! ¡Ven rápido! ¡Hay un pajarito construyendo un nido!". Doña Rosa sonrió y se acercó al árbol con Maria. Ambas observaron al pajarito trabajar arduamente para construir su hogar.

Maria le explicó a su abuela cómo los pájaros hacen sus nidos con ramitas y hojas secas para proteger sus huevos. "¿Sabías que los pájaros cantan canciones lindas para comunicarse?", preguntó María emocionada. "Sí, mi amor", respondió la abuela con cariño.

Ambas pasaron horas sentadas bajo el árbol disfrutando de la compañía del pajarito y aprendiendo sobre las maravillas de la naturaleza. El siguiente día decidieron visitar el parque cercano donde siempre solían ir juntas.

Mientras caminaban por el parque, María notó un hermoso arcoíris en el cielo. Se detuvo y le dijo emocionada a su abuela: "¡Mira, abuelita! ¡Un arcoíris!"Doña Rosa miró hacia arriba y vio los colores brillantes que formaban el arcoíris.

María le explicó cómo se formaba, diciéndole que era como una gran pintura en el cielo después de la lluvia. "¿Sabías que cada color del arcoíris tiene un significado especial?", preguntó María con curiosidad. "Sí, mi amor", respondió la abuela sonriendo.

Ambas continuaron caminando bajo el sol mientras hablaban de los colores y su simbolismo. Con cada día que pasaba, María encontraba nuevas formas de ayudar a su abuela a recordar cosas importantes.

Juntas cocinaban galletitas y Maria le enseñaba a su abuela las recetas paso a paso para que pudiera recordar cómo hacerlas por sí misma. Un día, mientras estaban en la cocina preparando las galletitas, Doña Rosa comenzó a olvidarse de algunos ingredientes.

Pero María no se preocupó y le dijo: "Abuelita, no te preocupes si olvidas algo. Lo más importante es que estamos juntas disfrutando este momento". La abuela sonrió con cariño y ambas siguieron horneando galletitas riendo y compartiendo historias divertidas.

El cumpleaños de María finalmente llegó y aunque Doña Rosa había olvidado muchas cosas debido al Alzheimer, ella recordaba lo más importante: amar incondicionalmente a su nieta.

Cuando llegó el momento de soplar las velas de la tarta, María miró a su abuela y le dijo: "Abuelita, no importa cuántas cosas olvides, siempre recordaré todo el amor que me has dado". Doña Rosa se emocionó y abrazó a María con ternura.

Juntas soplaron las velas de la tarta y celebraron un cumpleaños lleno de amor y felicidad. Aunque Doña Rosa siguió olvidando cosas con el tiempo, María siempre estuvo ahí para recordarle lo especial que era y lo mucho que la quería.

Y así, cada día vivieron nuevas aventuras juntas, aprendiendo cosas nuevas y creando recuerdos hermosos que permanecerían en sus corazones para siempre.

FIN.

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