Abril en el país de chocolate dulce y sal



Había una vez en un país mágico llamado Chocolandia, donde todo estaba hecho de delicioso chocolate dulce y salado. En este lugar, vivía una niña llamada Abril, quien vivía en una pequeña casa de caramelo junto a su familia.

Un día, mientras paseaba por el Bosque de Cacao, Abril escuchó un rumor sobre un tesoro escondido en la Montaña de Malvavisco. Llena de emoción, decidió emprender un viaje para encontrarlo, a pesar de las advertencias de su madre.

"Abril, el Bosque de Cacao y la Montaña de Malvavisco son lugares peligrosos", le advirtió su madre. "No te preocupes, mamá. Tengo mucha valentía y podré enfrentar cualquier desafío que se interponga en mi camino", respondió Abril con determinación.

Con su mochila llena de provisiones y su ingenio como única guía, Abril partió hacia su aventura.

En su camino, se encontró con personajes peculiares, como el Conejo de Chocolate, que le dio sabios consejos, y el Hada de Vainilla, que le regaló un mapa con instrucciones para llegar a la montaña. Sin embargo, no todo sería fácil, ya que también se topó con obstáculos, como el Río de Caramelo, cuyas aguas eran imposibles de cruzar.

Con astucia y ayuda de sus nuevos amigos, Abril logró superar cada desafío hasta llegar a la Montaña de Malvavisco. Allí, descubrió que el verdadero tesoro no era oro ni joyas, sino la amistad, la valentía y la perseverancia que había demostrado en su viaje.

Al regresar a su casa, Abril compartió sus experiencias con su familia, quienes se llenaron de orgullo al ver el coraje de su hija.

Desde ese día, Abril supo que no hay tesoro más valioso que el amor y la valentía que llevamos dentro. Y, aunque no se olvidaría de su aventura, decidió que su hogar en Chocolandia era el lugar donde siempre pertenecería.

FIN.

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