Adiós, Martin
Martin era un niño simpático y divertido que se había convertido en el alma de su colegio. Siempre tenía una sonrisa en el rostro y una ocurrencia que alegraba el día de sus compañeros.
Un día, Martin recibió la noticia de que su familia se mudaría a otra ciudad, lo que significaba que tendría que cambiar de colegio. Al enterarse, sus compañeros se sintieron tristes y preocupados.
Juan, su mejor amigo, se acercó a él y le dijo: - Martin, ¿es verdad que te vas? - Sí, Juan, mi papá consiguió un nuevo trabajo y nos mudamos - respondió Martin con tristeza. Los días pasaron y la fecha de la mudanza se acercaba.
Los compañeros de Martin no sabían cómo superar la tristeza de no tenerlo más con ellos. Fue entonces que decidieron prepararle una despedida especial. Organizaron una fiesta sorpresa en el patio del colegio, con globos, música y sus juegos favoritos.
Cuando Martin llegó, se encontró con toda la escuela esperándolo. El pequeño no podía creerlo. Sus compañeros le explicaron que, aunque se fuera, siempre lo llevarían en sus corazones. Martin se emocionó muchísimo e hizo un brindis en agradecimiento a todos.
La fiesta fue muy divertida, pero llegó el momento de la despedida. Martin abrazó a cada uno de sus amigos y prometió mantenerse en contacto. Al llegar a su nuevo colegio, Martin se encontró con caras nuevas y lugares desconocidos.
Sin embargo, recordó las palabras de Juan y las demás despedidas. Martin decidió empezar de cero, mostrando su alegría y amistad a sus nuevos compañeros. Pronto, el niño se ganó el cariño de todos y encontró nuevas amistades.
A pesar de la distancia, Martin seguía en contacto con sus antiguos amigos, y cuando regresaba a su ciudad natal, se reunían para recordar viejos tiempos y crear nuevos recuerdos juntos.
La amistad de Martin y sus compañeros trascendió la distancia y el tiempo, demostrando que, aunque las despedidas duelen, las verdaderas amistades perduran para siempre.
FIN.