Adriana la niña desconfiada

Adriana era una niña muy inteligente y estudiosa, le gustaba leer y aprender cosas nuevas, pero siempre se sentía sola en la escuela. No confiaba en nadie y pasaba la mayor parte del tiempo sola.

Un día, la maestra propuso una actividad en la que tenían que trabajar en parejas. Adriana se puso nerviosa, ¿a quién elegiría como compañero? Finalmente, se unió a Martín, un niño amable y simpático que siempre la saludaba con una sonrisa.

Al principio, Adriana estaba insegura, pero Martín demostró ser un gran compañero. Juntos investigaron sobre el universo y prepararon una presentación increíble para la clase.

Durante ese tiempo, Adriana descubrió que confiar en alguien no era tan malo y que la amistad podía cambiarlo todo. A partir de ese día, Adriana dejó de estar sola en la escuela, tenía un amigo en quien confiar y con quien compartir sus experiencias. La desconfianza de Adriana se convirtió en amistad, y su soledad en compañía.