Africa y el lobo del bosque


Había una vez en un extenso bosque, una niña llamada Africa, a la que le apasionaba la naturaleza y siempre salía en búsqueda de plantas y flores para aprender sobre ellas.

Un día, mientras caminaba entre los árboles, se encontró con un lobo que la observaba fijamente. Africa se quedó helada, no sabía qué hacer. El lobo, sin embargo, no mostraba intenciones hostiles y se acercó a la niña con curiosidad.

-¡Hola! Me llamo Africa y estoy buscando plantas para estudiarlas, ¿tú también vives en este bosque? -dijo Africa con valentía. El lobo asintió con la cabeza y le explicó que conocía mucho sobre las plantas del bosque.

Juntos, se adentraron en el bosque, el lobo le enseñaba a Africa sobre las diferentes plantas, sus usos y propiedades. A medida que avanzaban, la amistad entre ellos crecía, y Africa descubrió que el lobo no era tan aterrador como parecía.

Sin embargo, cierto día, un cazador ambicioso acechaba al lobo en el bosque. Africa, preocupada por su amigo, decidió advertirle sobre el peligro. Con valentía, la niña enfrentó al cazador y le pidió que no lastimara al lobo.

El cazador, conmovido por la determinación de Africa, decidió no hacerle daño al lobo. A partir de ese momento, el lobo y Africa continuaron explorando el bosque juntos, aprendiendo y enseñando sobre la flora y la amistad.

Ambos comprendieron que, a pesar de las apariencias, cada ser tiene algo valioso que aportar al otro.

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