Agua, el dragón salvador



Había una vez un pequeño dragón llamado Agua, el cual era diferente a todos los demás dragones, ya que en lugar de lanzar fuego por su boca, expulsaba agua. -¡Mira mamá! -exclamó un niño al ver al dragoncito-.

¡Este dragón lanza agua en vez de fuego! La madre del niño sonrió y le explicó que no todos los dragones eran iguales, pero que eso no significaba que fueran menos valiosos.

Agua se sentía triste por ser diferente y pensaba que no serviría para nada. Pero un día, mientras paseaba por el bosque, escuchó llantos desesperados. -¿Qué pasa? -preguntó Agua a una ardilla que estaba llorando.

-Mi casa está en llamas y no sé qué hacer -respondió la ardilla con angustia. Agua sabía exactamente lo que debía hacer. Se acercó a la casa de la ardilla y empezó a lanzar agua por su boca. Poco a poco logró apagar el fuego y salvar la casa.

La ardilla estaba muy agradecida y le dijo:-Gracias Agua, sin ti mi hogar hubiera quedado reducido a cenizas. Eres un verdadero héroe. Agua se sintió muy feliz de haber ayudado y comprendió entonces que ser diferente podía tener sus ventajas.

Desde ese día se dedicó a usar su habilidad especial para ayudar siempre que pudiera. Moraleja: Todos somos diferentes pero eso no significa que seamos menos valiosos o importantes.

Cada uno tiene algo único para ofrecer al mundo y es importante aprender a valorarnos y aceptarnos tal como somos.

FIN.

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