Agustin y el gatito abandonado
Había una vez un niño llamado Agustin que vivía en una pequeña casa con su familia. Un día, mientras jugaba en el parque, se dio cuenta de que ya era tarde y decidió volver a casa.
Al llegar, encontró a su mamá muy preocupada porque había estado buscándolo por todas partes. Agustin le explicó lo que había pasado y su mamá lo abrazó aliviada. "Me alegra mucho que estés bien, Agustin", dijo su mamá con ternura.
"Lo siento mucho, mamá. No quería preocuparte", respondió Agustin apenado. "No importa, lo importante es que estás aquí ahora.
Pero debes aprender algo muy importante: siempre debes avisar cuando vayas a cambiar tus planes o si vas a llegar tarde", le enseñó su mamá seriamente. Agustin entendió la lección y prometió ser más responsable en el futuro. Sin embargo, la vida siempre nos sorprende con nuevos desafíos y pronto tendría otro aprendizaje por delante.
Una semana después, mientras jugaba en el jardín trasero de su casa, encontró un gatito abandonado. El pobre animal estaba asustado y hambriento. Agustin sabía que debía hacer algo para ayudarlo pero no sabía qué hacer exactamente.
"Mamá, ¿puedo quedarme con este gato? Lo encontré solo y me da mucha pena dejarlo aquí afuera", preguntó Agustin esperanzado. Su mamá miró al gato con cariño y luego a Agustin con una sonrisa comprensiva.
"De acuerdo hijo pero recuerda que tener una mascota es una gran responsabilidad". Agustin estaba muy feliz de tener un nuevo amigo y se comprometió a cuidarlo con todo su amor. Al principio fue difícil, ya que el gato necesitaba muchos cuidados y atención constante.
Pero Agustin no se rindió y poco a poco aprendió cómo cuidar adecuadamente a su mascota. "Realmente eres un buen dueño, Agustin", dijo su mamá orgullosa al ver lo bien que se llevaban el niño y el gato. "Gracias, mamá.
Pero es gracias a ti que aprendí la lección de ser responsable", respondió Agustin sonriendo. Desde ese día en adelante, Agustin aprendió muchas cosas sobre responsabilidad y amor hacia las mascotas.
Y aunque tuvo algunas dificultades en el camino, siempre supo enfrentarlas con valentía. Y así vivieron felices junto al pequeño gatito que había encontrado en el jardín trasero de su casa.
FIN.