Agustín y la aventura del cuidado personal


Agustín era un niño muy feliz y juguetón, pero había llegado el momento de dejar los pañales y comenzar a usar el baño.

Sus papás le habían explicado que él ya era grande y que debía aprender a hacer pis y caca como lo hacían ellos. Al principio, Agustín se resistió un poco.

No le gustaba la idea de tener que ir al baño cada vez que necesitara hacer sus necesidades, pero después de hablar con su hermano mayor Joaquín, decidió darle una oportunidad. "Agus, yo también pasé por eso cuando era chico. Parece difícil al principio, pero te aseguro que es mucho mejor usar el baño", le dijo Joaquín.

"¿De verdad crees que voy a poder?", preguntó Agustín con inseguridad. "Claro que sí. Yo te voy a enseñar cómo se hace", respondió Joaquín con una sonrisa. Así comenzó la aventura de Agustín en el mundo del uso del baño.

Al principio fue un poco complicado para él, pero gracias a la paciencia y dedicación de sus papás y su hermano mayor, pronto comenzó a sentirse más seguro. Un día, mientras estaba en el parque jugando con sus amigos, sintió ganas de hacer pis.

En ese momento recordó todo lo que había aprendido en casa sobre cómo usar el baño correctamente. "¡Mamá! ¡Papá! ¡Voy al baño!", gritó emocionado corriendo hacia ellos.

Sus papás estaban muy orgullosos de él por haber tomado la iniciativa sin necesitar ayuda. Desde ese día en adelante, Agustín siempre usaba el baño cuando necesitaba hacer pis o caca. Pero la historia no termina ahí.

Un día, mientras estaba en el baño, Agustín notó que algo extraño pasaba. Su pancita comenzó a dolerle y sintió que tenía ganas de ir al baño una vez más. "Mamá, papá, me duele un poco la panza", dijo Agustín preocupado.

"Tranquilo hijo, puede ser normal después de usar el baño", respondió su mamá tranquilizándolo. Sin embargo, el dolor no desaparecía y Agustín comenzó a sentirse cada vez peor. Sus papás decidieron llevarlo al médico para ver qué estaba pasando.

Después de algunos exámenes y análisis, los doctores descubrieron que Agustín había estado comiendo demasiados dulces y golosinas. Esto le había causado una infección en su estómago y por eso se sentía mal.

Sus papás le explicaron lo importante que era cuidar su cuerpo comiendo alimentos saludables y evitando los dulces en exceso. Desde ese día en adelante, Agustín aprendió a comer mejor y a cuidar su cuerpo para poder seguir siendo un niño fuerte y saludable.

La historia de Agustín es una inspiración para todos aquellos niños que están aprendiendo a usar el baño por primera vez. Con paciencia, dedicación y amor cualquier cosa es posible.

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