Agustina y el poder de la confianza
Había una vez en la ciudad de Buenos Aires una joven universitaria llamada Agustina. Era muy inteligente y siempre sacaba buenas notas, pero a pesar de eso, era muy insegura y ansiosa.
Siempre se preocupaba por si lo que hacía estaba bien o si los demás la juzgarían. Un día, Agustina recibió un desafío en la universidad. Debía presentar un proyecto importante frente a toda su clase.
La idea le emocionaba, pero al mismo tiempo le generaba mucha ansiedad. No sabía si sería capaz de hacerlo bien y temía equivocarse delante de todos. -¡No puedo hacerlo! -se lamentaba Agustina ante su mejor amiga, Martina. -Claro que puedes, Agus.
Eres muy inteligente y has trabajado mucho en este proyecto. ¡Tienes todo para brillar! -le animaba Martina. Pero la inseguridad de Agustina no desaparecía. Durante días ensayó su presentación una y otra vez, sin estar segura de estar lista para enfrentarse a sus compañeros.
Finalmente llegó el día de la presentación. Agustina respiró hondo y entró al aula con paso decidido. Comenzó a exponer su proyecto frente a todos, pero en medio de su nerviosismo olvidó parte de lo que quería decir.
-¡Oh no! -pensó Agustina mientras sentía cómo las lágrimas amenazaban con salir-. ¿Qué voy a hacer ahora? En ese momento, algo mágico ocurrió.
Uno de sus compañeros levantó la mano y dijo:-Perdón profesor, ¿puedo agregar algo al proyecto de Agustina? Creo que puede ser útil para complementarlo. El profesor asintió con una sonrisa y el compañero se acercó a Agustina para ayudarla a recordar lo que había olvidado.
Juntos continuaron la presentación como un equipo, complementándose el uno al otro. Al finalizar, todos aplaudieron emocionados por el increíble trabajo en equipo que habían presenciado. Agustina estaba sorprendida y emocionada por el apoyo inesperado de su compañero.
Se dio cuenta de que pedir ayuda no era señal de debilidad, sino todo lo contrario; era muestra de valentía y humildad. Desde ese día, Agustina aprendió a confiar más en sí misma y en los demás.
Supo que está bien sentirse insegura o ansiosa en ocasiones, pero lo importante es seguir adelante y buscar apoyo cuando sea necesario. Y así, con esa nueva actitud positiva, Agustina siguió brillando en la universidad y en cada nuevo desafío que se le presentaba.
FIN.