Agustina y la misión del bosque de Pinocho
En lo profundo del bosque de Pinocho, vivía una pequeña ardilla llamada Agustina. Era conocida por su gran corazón y su amor por la naturaleza.
Agustina se dedicaba a cuidar el bosque y a todos los animalitos que en él habitaban. Un día, mientras recogía bellotas para guardarlas antes del invierno, escuchó un llanto proveniente de un rincón del bosque. Se acercó con curiosidad y descubrió a un pajarito herido.
Sin dudarlo, Agustina tomó al pajarito en sus brazos y lo llevó a su madriguera. "Tranquilo, pequeño amigo. Voy a cuidarte hasta que te recuperes", dijo Agustina con ternura. Día tras día, Agustina cuidaba al pajarito con esmero.
Le daba agua fresca, semillas y lo arropaba con hojas secas para mantenerlo caliente. Pronto, el pajarito sanó gracias a los cuidados de la bondadosa ardilla. "¡Gracias por salvarme, querida amiga! Mi nombre es Mateo y siempre estaré en deuda contigo", dijo el pajarito emocionado.
Agustina sonrió y respondió: "No hay de qué, Mateo. En este bosque nos ayudamos unos a otros". Un día, mientras exploraban juntos el bosque, descubrieron que algo extraño estaba ocurriendo.
Los árboles estaban perdiendo sus hojas prematuramente y el río lucía contaminado con desechos humanos. "Debemos hacer algo para proteger nuestro hogar", exclamó Agustina preocupada. Decidieron convocar una reunión con todos los animales del bosque para buscar soluciones juntos.
El zorro Lucas propuso limpiar el río; la liebre Lola sugirió plantar más árboles; el búho Martín propuso reciclar todo lo posible. Con esfuerzo y trabajo en equipo lograron restaurar la salud del bosque poco a poco.
Cada animalito contribuyó desde su habilidad única: los pájaros cantaban melodías para alegrar el ambiente; las mariposas polinizaban las flores; e incluso los insectos colaboraban descomponiendo la materia orgánica. Finalmente, gracias al compromiso de todos los habitantes del bosque, lograron devolverle su esplendor natural al lugar que tanto amaban.
"¡Lo logramos gracias a nuestra unión y solidaridad! ¡Estoy tan orgullosa de ustedes!", expresó Agustina emocionada ante sus amigos animales. Desde ese día en adelante, cada criatura siguió velando por la preservación del medio ambiente en armonía con la naturaleza.
Y así fue como Agustina y sus amigos demostraron que juntos podían lograr grandes cosas cuando trabajan unidos por un bien común: proteger su hogar en el bello bosque de Pinocho.
FIN.