Aila y el tigre solidario


Había una vez en la selva, una niña indígena llamada Aila. Aila vivía en una pequeña choza junto a su abuela, quienes se encargaban de cuidar juntas de la naturaleza que las rodeaba.

Un día, mientras Aila caminaba por el bosque en busca de frutas y raíces para comer, se dio cuenta de que había perdido un trocito de pan que le quedaba para el almuerzo.

Aila comenzó a buscar desesperadamente por todos lados, pero el pan no aparecía por ningún lado. Entonces, se sentó en un tronco caído y suspiro con tristeza. En ese momento, un tigre majestuoso se acercó a ella.

Aila sintió miedo al principio, pero pronto se dio cuenta de que el tigre no quería hacerle daño. "¿Qué te pasa, pequeña?" -preguntó el tigre con voz suave y amable. Aila le contó al tigre lo ocurrido y cómo necesitaba encontrar su trocito de pan para poder alimentarse.

El tigre la miró con compasión y decidió ayudarla. El tigre empezó a olfatear el suelo y a buscar rastros del pan perdido.

Después de un rato buscando entre los árboles y arbustos, finalmente encontraron el trocito de pan escondido bajo unas hojas secas. Aila no podía creerlo. Estaba tan emocionada y agradecida que abrazó al tigre con ternura. "¡Gracias! ¡Gracias por ayudarme!" -dijo Aila con lágrimas en los ojos.

El tigre sonrió y le dijo: "No hay problema, pequeña amiga. Recuerda que en la selva todos debemos ayudarnos unos a otros". Desde ese día, Aila y el tigre se volvieron grandes amigos.

El tigre la acompañaba en sus aventuras por la selva, protegiéndola de cualquier peligro que pudiera surgir. Juntos aprendieron muchas cosas el uno del otro: Aila le enseñaba al tigre sobre las plantas medicinales y él le mostraba cómo cazar sin hacer daño a otros animales.

La historia de Aila y el tigre se convirtió en leyenda entre las tribus indígenas de la región. Todos aprendieron la valiosa lección de solidaridad y compañerismo que esta amistad les enseñaba.

Y así fue como una simple pérdida se transformó en un hermoso encuentro que cambió para siempre la vida de Aila y del bondadoso tigre de la selva.

Dirección del Cuentito copiada!