Alas de Luz en el Bosque Encantado



En un hermoso bosque encantado, habitado por hadas de colores brillantes y alas resplandecientes, vivía una pequeña hada llamada Pandora. A diferencia de las demás hadas, Pandora no tenía alas para volar.

Esto la entristecía mucho, ya que anhelaba poder explorar el mundo como lo hacían sus amigas. Un día, mientras observaba a las demás hadas revolotear entre los árboles y las flores del bosque, Pandora escuchó un suave murmullo proveniente de un rincón oculto.

Se acercó con curiosidad y descubrió a una anciana sabia sentada bajo la sombra de un árbol milenario. "-Hola, pequeña Pandora -saludó la anciana con una sonrisa bondadosa-.

Veo en tus ojos la tristeza por no tener alas como las demás hadas. "Pandora asintió con timidez, preguntándose cómo la anciana sabía lo que tanto le preocupaba. "-No te aflijas, querida Pandora -continuó la anciana-. Todos tenemos dones especiales que nos hacen únicos.

Tú también tienes uno especial esperando ser descubierto. "Intrigada por las palabras de la anciana, Pandora decidió seguirla en su camino hacia lo desconocido. Juntas atravesaron arroyos cristalinos y praderas llenas de luz hasta llegar a una cueva cubierta de misteriosos símbolos.

"-Aquí encontrarás tu verdadero don, aquel que te permitirá volar sin alas -anunció solemnemente la anciana antes de desaparecer en un destello de luz". Pandora se adentró valientemente en la cueva oscura y laberíntica.

Con cada paso, sentía cómo su corazón latía más fuerte. De repente, llegó a una cámara iluminada por miles de luciérnagas danzantes. En el centro de la cámara había un espejo antiguo que reflejaba una imagen sorprendente: era ella misma con unas magníficas alas hechas de luz pura.

Con renovada esperanza y determinación, Pandora tocó el espejo y sintió una energía cálida recorrer todo su ser. En ese momento mágico comprendió que su verdadero don era el poder transformador del amor y la empatía.

Con sus nuevas alas luminosas extendidas hacia el cielo estrellado, Pandora regresó al bosque encantado para compartir su don con todas las criaturas que habitaban en él.

Se convirtió en el puente entre los mundos mágico y real, inspirando a todos con su bondad y comprensión. Desde entonces, cada vez que alguien necesitaba consuelo o alegría, solo debían pensar en el brillo radiante del hada llamada Pandora para sentirse acompañados y protegidos por su amor incondicional.

Y así, gracias a su valentía y nobleza de espíritu, Pandora demostró que no se necesitan alas físicas para elevarse alto y alcanzar los sueños más extraordinarios.

FIN.

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