Ale y el canto mágico


Había una vez un simpático mono llamado Ale que vivía en lo más profundo de la selva. Ale era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras exploraba el bosque, escuchó hablar sobre una obra de teatro mágica y llena de colores que se iba a realizar en el gran árbol del centro de la selva. Ale quedó fascinado con la idea de ver una obra tan especial, así que decidió ir a presenciarla.

Pero antes, recordó algo muy importante: quería aprender a cuidar su voz para poder cantar junto a los actores si tenía la oportunidad.

Entonces, Ale fue en busca del sabio loro Juanito, conocido por ser un experto en cuidar las cuerdas vocales. El loro Juanito vivía en lo alto de un frondoso árbol y siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos animales.

Cuando Ale llegó al árbol donde vivía el loro Juanito, lo encontró cantando melodías hermosas con su dulce voz. El mono le explicó cómo deseaba aprender a cuidar su voz para disfrutar plenamente de la obra de teatro. El loro Juanito sonrió y dijo: "¡Claro que puedo ayudarte! Ven conmigo".

Juntos subieron hasta el nido del loro, donde había hojas secas y ramitas aromáticas. El sabio loro tomó una rama pequeña y comenzó a explicarle al mono cómo debía calentar su voz antes de cantar o hablar mucho.

"Primero" , dijo el loro Juanito, "debes hacer ejercicios respiratorios para fortalecer tus pulmones". Ambos tomaron aire profundamente y luego exhalaron lentamente. Después, el loro les enseñó a Ale algunos ejercicios para relajar los músculos de la garganta y evitar forzar la voz.

Ale practicó con entusiasmo todos los ejercicios que el loro Juanito le enseñó. Pasaron horas cantando juntos y disfrutando del arte de cuidar la voz.

El mono se sentía feliz de aprender algo nuevo y estaba ansioso por poner en práctica sus conocimientos en la obra de teatro. Finalmente, llegó el día de la gran función. Ale se colocó en un lugar privilegiado para ver todo el espectáculo desde su posición en las ramas del árbol central.

Los actores comenzaron a interpretar sus papeles, llenando el aire con música y colores vibrantes. De repente, uno de los actores tuvo problemas con su voz y no pudo continuar cantando.

La directora de la obra entró en pánico mientras buscaba una solución rápida. Fue entonces cuando vio al simpático mono Ale entre las ramas del árbol. La directora corrió hacia él y le preguntó si podía ayudarlos a salvar la obra cantando junto a los actores principales.

Ale sonrió emocionado y asintió con confianza. El mono subió al escenario mientras todos lo miraban expectantes.

Tomó aire profundamente, recordando todos los consejos que había aprendido sobre cuidar su voz, y comenzó a cantar hermosamente junto a los actores. La audiencia quedó maravillada por la dulzura de su voz y cómo lograba combinarla perfectamente con las melodías mágicas que llenaban el aire. Todos se levantaron de sus asientos para aplaudir y ovacionar a Ale.

Después de la función, el mono Ale recibió muchas felicitaciones por su increíble talento vocal. Pero él sabía que no habría sido posible sin los consejos del sabio loro Juanito.

Desde ese día, Ale siguió practicando y cuidando su voz con mucho amor. Siempre recordaba agradecer al loro Juanito por haberle enseñado cómo cuidar algo tan valioso como su voz.

Y así, el mono Ale siguió explorando la selva en busca de nuevas aventuras, siempre dispuesto a aprender más sobre el arte de cuidar su voz y compartir su hermosa melodía con todos aquellos que quisieran escucharla.

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